En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
La tarde del 16 de agosto, una vez el presidente Leonel Fernández tomó el juramento y se terció la banda tricolor en la sede del Congreso, el primer punto en su agenda fue su llegada al Palacio Nacional. Hasta allí le siguieron todos los que fueron sus antiguos colaboradores en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y en las fuerzas políticas aliadas, todos formalmente vestidos de blanco.

Daba la impresión que muchos conocían de antemano su destino, es decir la posición que ocuparían en el gabinete o en direcciones generales, pero otros, obviamente, estaban a la espera de alguna “sorpresa”. El ingreso hasta la sede del gobierno se hizo un tanto caótico, pues todo el que vestía de blanco o se sentía con algún grado de autoridad en el gobierno que recién se instalaba no toleraba que un militar le vedara el acceso. Todos se encaminaron hasta el salón de Embajadores, en la tercera planta, donde estaba programada la lectura de los decretos contentivos de las designaciones de los miembros del gabinete y, suponían otros, de los directores generales y comandantes militares. Pero Omar Liriano, quien retoma su vieja condición de maestro de ceremonia en los actos públicos del presidente Fernández, solo dio a conocer un decreto único que designó a todo el gabinete.

Mientras daba lectura al decreto, se vio en algún momento cuando se le acercó Danilo Medina, recién nombrado secretario de Estado de la Presidencia, y le murmuró al oído. Más tarde se supo que le había comunicado “verbalmente” que anunciara la designación del arquitecto Eduardo Selman como secretario de Estado sin Cartera. En efecto, cuando la prensa recibió copia del decreto, en sus artículos no aparecía el nombre del arquitecto Selman. Me dicen que, posteriormente, se dictó el decreto, pero aún se espera su entrega a la prensa.

Aquella tarde muchos vestidos de blanco se quedaron a la espera de su decreto, pero en los días posteriores fueron conociendo gradualmente de las posiciones que les había reservado el presidente Fernández en la administración pública. Otros, sin embargo, aún esperan.

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Andrés Vanderhorst hijo, recién confirmado en el cargo de subsecretario de Industria y Comercio, fue parte del equipo negociador del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, pero extrañamente su nombre no fue consignado en el decreto en el que el entonces presidente Hipólito Mejía condecoró al resto de sus colegas. Se recuerda, que Mejía otorgó la condecoración de Duarte, Sánchez y Mella, en sus diferentes grados, a los integrantes del equipo negociador encabezado por la entonces secretaria de Industria y Comercio, Sonia Guzmán de Hernández. La ceremonia se celebró el viernes 13 de agosto, en el salón de embajadores del Palacio Nacional.

Hay quienes especulan que Vanderhorst hijo fue excluido de la distinción porque su padre Andrés había respaldado la candidatura del hoy presidente Leonel Fernández. Lo cierto es que como dice el viejo refrán “no hay mal que por bien no venga”. El lunes Vanderhorts hijo fue juramentado por el presidente Fernández en su reconfirmado cargo, en tanto que su padre fue designado al frente del Departamento Aeroportuario. ¡Por partida doble!

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De alguna manera, las nuevas autoridades gubernamentales se las han ingeniado para ir descongestionando gradualmente las visitas de “compañeros” al Palacio Nacional. Desde la semana pasada, los pasillos del edificio del poder Ejecutivo lucen menos visitados, sin bullicio ni las aglomeraciones de los primeros días. En esta tarea, se dice, se ha empleado a fondo el secretario de la Presidencia, Danilo Medina, a través de sus asistentes.

El hecho es que se ha puesto a funcionar la comisión de empleos y no tiene mucho sentido que los interesados en colocaciones que llegan a la capital desde diferentes puntos del país se aglomeren en Palacio detrás de algún “padrino”. Ahora, los funcionarios con despachos en Palacio se concentran más en sus funciones, sobre todo en la revisión de lo que han encontrado, pero ninguno, hasta la fecha, se ha decidido por hablar a la prensa.

Estos son los casos, por ejemplo, del consultor Jurídico del poder Ejecutivo, César Pina Toribio, y del secretario Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti. En tanto, el presidente Fernández está llegando a sus oficinas entre las 9:30 y 10:00 de la mañana, pero en algunas ocasiones se ha retirado a su casa a las 2:00 de la madrugada. Esto incluye almorzar y cenar en el Palacio Nacional.

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