EN EL PALACIO

EN EL PALACIO

El director de Presupuesto, Luis Hernández,  no parecía invitado a la reunión, pero llegó acompañado de algunos técnicos. Sonrió a los periodistas que montaban guardia frente a la puerta que da  al antedespacho del vicepresidente Rafael Alburquerque, y penetró al mismo para sumarse al resto de los funcionarios que se hallaban allí. En principio, entre los reporteros acreditados a la fuente del Palacio  existió  confusión, pues tenían la certeza de que el Vicepresidente estaba reunido con ejecutivos de la firma Chevron. El dato se aclaró rápidamente, al informarse  que allí se  había iniciado una reunión con funcionarios del área económica, quienes discutirían las medidas de compensación social que el gobierno pondrá en marcha para  aquellas familias vulnerables a los efectos internos de la crisis mundial. Se confirmó que allí estaban los secretarios de Hacienda, Vicente Bengoa; de Industria y Comercio, Melanio Paredes, y Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti. El tiempo transcurría, y a los periodistas ya les resultaba extraño que aquella reunión no terminaba, por lo que se decidieron por indagar con una de las asistentes del Vicepresidente si el encuentro seguía en pie. Al cabo de un rato, la asistente vicepresidencial nos informó que Alburquerque estaba solo, que los funcionarios que lo acompañaban se habían retirado. Pero ¿por dónde?, preguntó alguien, con cierta sorpresa. Nos habíamos mantenido todo el tiempo frente a la que suponíamos era la única puerta para salir del despacho, y por allí nadie había cruzado. Pero, en realidad, las áreas que integran las oficinas del Vicepresidente tienen un pasillito interno que comunica el despacho con una puerta lateral que da  a un pasillo en el área derecha del segundo piso, salida que no visualizábamos. Por esa puerta, a escondidas, y a pie juntillas, se escabulleron esos señores secretarios de Estado para evadir las eventuales preguntas de los reporteros. Me cuentan que esa muchachada fue del agrado de algunos de ellos y que, incluso, han disfrutado a carcajadas  la ocurrencia, sobre todo porque se jactan de haberse burlado del “acoso” de la prensa. Al final, tras una larga espera, el Vicepresidente accedió a ofrecer detalles del encuentro, no sin antes bromear en alusión al “espectacular” escape de sus colegas funcionarios, algunos de los cuales, como Vicente Bengoa, ya estaban en sus oficinas, poco distantes de la sede del gobierno,  disfrutando del jueguito “a la escondida”, probablemente contando  reminiscencias de sus  tiempos  de mozalbetes, cuando se tenía edad para ello. ¡Cosas veredes!

 

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