EN EL PALACIO

EN EL PALACIO

A finales del año 2001 unos 2000 periodistas de diversas partes del mundo nos encontrábamos reunidos en un centro de convenciones de Santiago de Chile donde tenía lugar la Cumbre del Grupo de Río para debatir en torno al desarrollo de la tecnología de la información. Viajé como enviado de este diario a cubrir la participación en ese evento del entonces presidente, Hipólito Mejía. Como es usual, este tipo de encuentro genera muchas expectativas entre la prensa acreditada que aumenta en la medida que se acerca el día final cuando normalmente se convoca a una rueda de prensa  y en la que, obviamente, todos los periodistas quieren participar. Se habilitó un área para registrar a los interesados en tener participación, pero al final los responsables de la cumbre sólo escogieron a un  grupo que no superaba la veintena. El resto aceptamos  la decisión bajo el entendido de que esa es el procedimiento habitual en este tipo de cónclave internacional. La decisión se asimiló sin recelos, ni envidias ni otras manifestaciones cuestionables. En el caso dominicano, puedo afirmar sin temor a equivocarme que si alguien debería sentirse excluido de  los tradicionales encuentros formales que un presidente de la República ha tenido con la prensa, esa es la prensa acreditada al Palacio Nacional. En esto, sólo se tiene la excepción de Joaquín Balaguer, que concedía una rueda de prensa semanal determinada por un interés muy particular. Pero en el curso de las tres administraciones de gobierno encabezadas por el Presidente Fernández, siempre los “escogidos” para esas reuniones formales han sido directores de medios y comentaristas de televisión de cierta relevancia. Pero se impone aclarar que han sido “escogidos” por la autoridad que tiene potestad para ello, sin que esto invalide su profesionalidad. Entonces, ¿por qué hablar ahora de parcialidad o favoritismo?. La presencia de la prensa internacional tuvo un objetivo específico, el Presidente quería que sus preocupaciones e iniciativas en el tema del petróleo se conocieran más allá de las fronteras dominicanas, como efectivamente ocurrió, pues cada una de las agencias despachó sus notas que tuvieron un gran impacto de publicación, al menos en América Latina. Si el interés era internacional, ¿para qué entonces invitar a una comentarista de la radio o de la televisión local?. Eso se cae de la mata, compadre.Por otra parte, es posible que el efecto noticioso de esa rueda de prensa estuvo limitado por la decisión del Presidente Fernández de no adelantar detalles de sus medidas anti crisis, pero todas las preguntas que demandaba el momento se formularon.

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