POR MANUEL JIMENEZ
Chicago es una ciudad que resalta por su ordenamiento urbano y buena limpieza. Ambos temas formaron parte esencial de la agenda que el Presidente Leonel Fernández tocó durante su visita a la alcaldía de la ciudad a media mañana del miércoles 2 de marzo. Fernández y su comitiva fue recibido por cinco comisionados (concejales), cuatro de origen hispano y uno norteamericano, que igualmente mostraron interés en explicar a los visitantes cómo opera la ciudad y las regulaciones urbanas a que esta sometida. Al Sánchez, de origen mexicano y Rafael Hernández, puertorriqueño, presiden los comités responsables de la limpieza y de regular el crecimiento urbano, respectivamente, en tanto que la salvadoreña María Gracias Shiffino y el puertorriqueño Roberto Maldonado forman parte de otros organismos relacionados con el medio ambiente, la educación y el desarrollo de las artes.

El Presidente Fernández, tras escuchar las responsabilidades especificas de cada uno de los comisionados presentes, fue directo al grano e inicio su exposición planteando la evidente falta de gerencia que existe en el país para resolver el problema de la recogida de basura en las ciudades de Santo Domingo y Santiago, las dos principales y de mayor población. Sostuvo que esta deficiencia tiene causas técnicas, pero también gerencial. “Chicago es una de las ciudades más limpia del mundo”, observó el mandatario y en este tenor solicitó la asesoría de la alcaldía para ver de qué manera se podía ayudar a las autoridades municipales de Santiago y la capital en la solución de un problema que genera contaminación y aleja el turismo. ¡Yo voy!, gritó levantando su mano derecha el concejal Sánchez, de origen mexicano, y responsable del departamento que tiene que ver con la recogida de desechos en la ciudad de Chicago.

 Ahí, virtualmente, se concertó un acuerdo. Uno de los concejales resaltó que el alcalde de Chicago es tan celoso con eso de la limpieza que en sus recorridos habituales por la ciudad se detiene si encuentra alguna zona descuidada y llama por teléfono desde el lugar a la autoridad responsable.

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Eduardo Selman, secretario de Estado sin Cartera, y quien formó parte de la comitiva presidencial, destacó su condición de arquitecto que en una ocasión trabajo en el Ayuntamiento del Distrito Nacional en el área de la regulación del crecimiento urbano. Se interesó por informaciones relativas al código de regulaciones urbanas que tiene la ciudad de Chicago para determinar de qué manera se podrían hacer adaptaciones y regular el crecimiento urbano de la capital dominicana, muy desordenado por cierto.

El Concejal Hernández, de origen puertorriqueño, hizo algunas explicaciones en torno a los mecanismos de control que se tienen en Chicago para regular su crecimiento. En la ciudad, que tiene una de las economías más prospera de los Estados Unidos, la industria de la construcción opera con gran dinamismo y los ingresos de la alcaldía por concepto de permisos para construcciones rondan los US$36 millones al año, dijo Hernández. Algo de lo que se cuida la ciudad es de los detalles arquitectónicos de sus edificios. Incluso, dijo Hernández, una forma de cooperación en esta materia con la República Dominicana sería integrar al país a un programa de intercambios entre profesionales de la arquitectura de Chicago, México y Canadá.

Se trata básicamente de un programa de visitas de estos profesionales a los países involucrados en el acuerdo para observar su desarrollo arquitectónico y hacer recomendaciones específicas y generales. Al Presidente Fernández le agrado que República Dominicana pueda entrar a formar parte de este acuerdo trilateral y el arquitecto Selman quedó en profundizar los contactos. Las regulaciones para el crecimiento urbano que se aplican en esta ciudad estadounidense no solo se limitan al control del espacio territorial, sino que toma en cuenta el aumento en la demanda de los servicios, especialmente la construcción de nuevos hospitales y escuelas. En la actualidad, según explicó el concejal Hernández, la ciudad está invirtiendo 2.5 billones de dólares en la remodelación y ampliación de escuelas públicas.