POR MANUEL JIMENEZ
Los frentes de la residencia de monseñor Agripino Núñez Collado, en la calle Cub Scout, de Naco, comenzaron a recibir a temprana hora de la mañana la presencia de los representantes de los diferentes medios de comunicación, incluso hasta de curiosos, alertados por el encuentro, el martes pasado, entre el Presidente Leonel Fernández y el ex Presidente Hipólito Mejía. En realidad, cuando los muchachos de la prensa hicieron acto de presencia, tanto el Presidente Fernández como Mejía ya se encontraban en el interior de la residencia, reunidos al fondo, en una terraza separada de la sala por puertas de vidrios, ambientada con un equipo de acondicionador de aire.

Fernández llegó acompañado del Secretario de la Presidencia, Danilo Medina, en tanto que el ex Presidente Mejía lo hizo tan solo del jefe de su escolta, el general Carlos Díaz Morfa. Afuera, en la calle, el fuerte calor hacia estragos entre los periodistas, fotógrafos y camarógrafos que buscaban la sombra de los árboles y se entretenían en comentarios diversos, matando el tiempo. Pero Adolfo Salomón y Fernando Marte, de Color Visión y CDN, respectivamente, se fueron más allá del mero entretenimiento y decidieron embarcarse en una apuesta en torno a los probables puntos de agenda de la reunión.

Aunque entre el resto de sus compañeros existía consenso en torno a que el tratado de libre comercio y la reforma fiscal acaparaban la atención del Presidente y de Mejía, Salomón y Núñez estaban entretenidos en otra cosa. Discutían si Fernández y Mejía hablaban o no de la crisis bancaria, pero concretamente del caso Baninter. Al final, cerraron su discusión y se decidieron por apostar dos botellas de whisky.

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Cuando Annia Valdez, subdirectora de Prensa del Palacio Nacional, llamó a la prensa para que entrara a la residencia de monseñor Núñez Collado, los dos reporteros de televisión se empecinaban en lograr una respuesta afirmativa o negativa que decidiera su apuesta. Salomón preguntó directamente al Presidente Fernández si el tema de Baninter había sido tratado, pero de quien obtuvo una rápida respuesta fue del ex Presidente Mejía. «No tocamos ni los bancos del parque, Salomón», se escuchó decir al ex mandatario. Insistió en que si no abordaron el «caso Quirino», que el PRD ha dicho que no aprobaría nuevas cargas impositivas que afecten a la población, etc. ¡Eso no está en juego!, le aclaró Mejía. El ex gobernante se manejo a su estilo, y dijo que lo importante no era si él y Leonel se atacaban, sino que el país esta por encima de esas cosas.

«Hay gente que a lo mejor no les interesa fajarse y tenemos nosotros que ir a las entrañas de la sociedad, incluyendo a Pedernales, allá al campo suyo», dijo Mejía señalando a Salomón. Aún al cierre de la rueda de prensa, el reportero de televisión no parecía conforme con las aclaraciones y se lamentó de haber perdido su apuesta. ¡He perdido dos botellas de whisky!, grito tanto al Presidente Fernández como a Mejía. ¡Tú no ha perdido nada, hablamos de todo, Salomón!, le replicó Hipólito, probablemente como premio de consolación.

Pero antes, Luisa Matos, de Radio Popular, había lanzado una al ex Presidente Mejía. Preguntó si con su presencia en el encuentro estaba mandando un mensaje a los que en el PRD están hablando de «guerra» o de hacerse respetar «por las buenas o por las malas». «Ya ellos me largaron a mí», le respondió el ex Presidente, «pero yo busque a mi diálogo», aludiendo a monseñor Núñez Collado. ¿Entonces, comienza la luna de miel?, le recalcó la reportera radial. «No, la luna de miel, después de viejo, eso no existe. Eso es como el caso suyo», le respondió Mejía. Antes de la despedida, los fotógrafos y camarógrafos pidieron un saludo entre Fernández y Mejía para hacer disparar su flash. El Presidente extendió su mano a su violento opositor, pero el ex gobernante se decidió por abrazarlo, sonriente, momentos en que los lentes de las cámaras operaron a millón.