EN EL PALACIO

EN EL PALACIO

MANUEL JIMENEZ
m.jimenez@hoy.com.do
San Isidro está distante del centro del Distrito Nacional, pero no lo suficiente como para impedir que los ya conocidos “pica pica” se den su vuelta a la espera de la llegada de funcionarios de todos los niveles para lanzárseles y lograr “lo del pasaje”.

Lo cierto es que éstos personajes parecieron haber desaparecido del medio, pues de sobra se sabe que en la administración pasada picaron bien y por lo alto. Hay informes de que no sólo lograron sueldos fijos en  dependencias públicas, sino que al final de la gestión, a través del Plan Renove, obtuvieron la asignación de motocicletas nuevas, sin que se tenga conocimiento si las pagaron o si establecieron algún contrato por medio del cual honren algún tipo de compromiso con el Estado por esa entrega.

Pero dicen que cada partido tiene sus “pica picas”, aunque los periodistas que habitualmente cubren la fuente presidencial saben que cambian de color tan rápido como el camaleón. Lo jocoso es que se trata de jóvenes entrenados en el arte de crear consignas y que se valen de las frases más originales para recolectar sus chelitos.

Unas veces están más callados, pero en sentido general llaman la atención con sus gritos y ocurrencias. Saben de antemano cada lugar en que estará el Presidente y se las ingenian para lograr transporte, no importa si el acto oficial está pautado para la capital o poblaciones tan distantes como la frontera. Ayer, en San Isidro, luego que el Presidente Fernández dio el primer picazo para la construcción  de las Escuelas Vocacionales, un militar trató de impedir el acceso al área a un par de “pica pica”, pero un tercero, colado entre el público, con pose y aire autoritario, “ordenó” que se les permitiera la entrada “porque ya la persona se retiró”. Cuando el militar vino a darse cuenta que le habían tomado el pelo, los tres vivos estaban  gardeando la jeepeta del Síndico, Juan de los Santos, buscando lo suyo.

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