En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
El arquitecto Jesús Musa Hazim y el ingeniero Frank Jorge Elías, asesores del poder Ejecutivo en materia de Infraestructuras y Turismo, respectivamente, llamaban la atención mientras conversaban a la entrada del salón de Embajadores, en la tercera planta del Palacio Nacional, a la espera de ser juramentados por el presidente Leonel Fernández.

El hecho de ser los dos únicos funcionarios recién designados ajenos al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), marcaba una diferencia. El comentarista y periodista Ramón Núñez Ramírez, recién designado miembro de la Junta Monetaria, abandonaba por momentos su conversación con Roberto Rodríguez Marchena, coordinador de la Política de Comunicación del Gobierno, para reclamar un vaso de agua. El salón estaba caluroso porque estaba apagado el acondicionador de aire y esto era la queja generalizada entre quienes esperaban para su juramentación. Más tarde, llegó al salón Rosa Elena Villanueva, la antigua asistente personal del fenecido presidente Joaquín Balaguer, nombrada diputada al Parlacen, en tanto que Miguel Andujar, el nuevo cónsul en Tokio, Japón, se movía de un lado a otro del salón haciendo sentir su presencia, pero también su condición de buen y ameno conversador. Antonio Isa Conde, nombrado asesor en materia industrial del presidente de la República, estaba solitario, sentado al final del gran salón, callado y en ocasiones pensativo. Simeón Herasme, colocado al frente de la novedosa dirección de Embellecimiento de Avenidas y Carreteras de Circunvalación; así como Eliseo Gómez, subdirector del Plan Social de la Presidencia, esperaban sentados, el primero siempre flanqueado por su cuñada Mildred Mata, secretaria de la dirección de Prensa del Palacio.

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Benjamín Veras, reportero de la misma oficina, se empleaba a fondo con sus colegas de la prensa independiente para que no dejaran de citar la presencia de Andrés Boció Fortuna, cónsul en Juana Méndez, Haití, y Juan Ferreira, subsecretario de Industria y Comercio, también listos para ser juramentados. El ambiente que reinaba el lunes en el salón de Embajadores ha sido el habitual en estos últimos días en el marco de las ceremonias de toma de juramento a los funcionarios recién nombrados. Muchos de los presentes estaban desde las 11:00 de la mañana, pero el acto de juramentación se inició hasta pasadas las 2:30 de la tarde. La prensa estaba a la espera, pero sorpresivamente se informó que el acto sería celebrado en un salón contiguo, sin acceso para los periodistas, sino  tan solo para los reporteros gráficos, es decir, fotógrafos y camarógrafos. Los periodistas no tuvieron al alcance de su vista al  Presidente cuando ingreso a ese salón. Y es que el choque frontal de la prensa acreditada al Palacio con el presidente Fernández cada vez parece más difícil. Ayer, por ejemplo, la prensa no tuvo acceso a la partida del presidente Fernández con destino a Panamá. Se le advirtió con suma antelación que ni se acercaran, pues no se le permitiría entrar a la base militar de San Isidro, donde el mandatario abordó el avión. Prensa del Palacio se encargó de repartir las fílmicas y las fotos de su partida. Esto es política y comunicación, comentó alguien.

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Carlos Dore Cabral ha repetido al frente de la Oficina de Información, Análisis y Estrategia de la Presidencia, y en esta condición se despachó la semana pasada con unas declaraciones escritas en las que comentaba la ratificación del respaldo perredeísta al proyecto de reforma fiscal que cursa en el Congreso. Como analista al fin, Dore Cabral exponía sus consideraciones y lo que ese respaldo implicaba a lo interno del PRD, donde desde ya advierte dos corrientes enfrentadas en cuanto al tipo de postura que ese partido debe tener frente al gobierno. Hay que esperar que Dore Cabral siga por esa línea de análisis de los hechos que se vayan presentando en el plano político. Sucede, sin embargo, que la nueva administración del presidente Fernández está empeñada en tener un “speaker”, un vocero oficial que dé la cara a los periodistas, pues no parece que el jefe de Estado tenga interés de hablar ni mucho ni poco. Dicen  que la función de vocero recaerá en Roberto Rodríguez Marchena, designado Coordinador de la Política de Comunicación del Gobierno. Pero desde hace algunos días se ha estado comentando que el puesto estaba reservado para Ramón Puello Báez, cuyo decreto está pendiente de emisión. Ya salió al ruedo Omar Liriano, como director del Centro de Información Gubernamental y tenemos a Rafael Núñez, en la dirección de Prensa de la Presidencia. ¿No sería aconsejable que alguien explique?

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