POR MANUEL JIMÉNEZ
La designación de Roberto Rodríguez Marchena como vocero oficial (el speaker) del gobierno del presidente Leonel Fernández es parte de un programa mucho más ambicioso en materia de comunicación. Como ya había sido adelantado por esta columna, Rodríguez Marchena se estrenó ayer como el vocero del gobierno en una rueda de prensa formal celebrada en el salón Orlando Martínez, del Palacio Nacional, para dar a conocer los resultados de las medidas preventivas acordadas por la Comisión Nacional de Emergencias ante el eventual paso por el país del huracán Iván. Los miembros de este organismo sesionaron ayer en el salón del Consejo de Gobierno, en la segunda planta, y en el encuentro participó Rodríguez Marchena. Este anunció que había sido designado por disposición del presidente Fernández Reyna. Se trata de un hombre que viene de la televisión, sin eso que se conoce como “el miedo escénico” y en su presentación de ayer paso la prueba. Habló con absoluta facilidad, fue en extremo cortes con los muchachos de la prensa, se puso a su disposición y hasta les facilitó el número de celular privado. Aún no tiene oficinas en Palacio, pero mientras tanto se le puede ubicar por el área de la dirección de Prensa, compartiendo con el Director, el periodista Rafael Núñez, lo que indica que entre ambos, por lo menos en esta fase  inicial, hay buena comunicación y relación personal. “Aquí habrá siempre noticias”, dijo más o menos el vocero. Marchena se disculpó por no poder entregar una nota escrita con los resultados del encuentro, pero en sentido general se manejó bien, ofreciendo aquellos detalles que interesan al periodista para armar su nota, sin caer en preámbulos prolongados ni cosas al margen. Es decir, hizo su presentación formal como vocero oficial del gobierno e inmediatamente paso a dar los datos. No hubo preguntas al final, lo que dio la impresión de que todos quedaron satisfechos con lo que se ofreció. En realidad, un decreto expedido la semana pasada bajo la firma del presidente Fernández designa a Rodríguez Marchena como Coordinador de la Política de Comunicación del Gobierno. No habla de vocero.

—————

Pero mis fuentes dicen que ese decreto será corregido pues el plan original era que Rodríguez Marchena se desempeñara, como en efecto se ha presentado, como el vocero oficial del gobierno y que el periodista y experimentado comentarista de televisión, Ramón Puello Báez, pase a coordinar lo que es la política de prensa y comunicación. El proyecto consiste en crear un “Gabinete de Comunicación” que estaría integrado por el director de Prensa del Palacio Nacional, Rafael Núñez; el director de la Unidad de Comunicaciones o Centro de Información Gubernamental, Omar Liriano; el director de la Corporación de Radio y Televisión (CERTV), Héctor Olivo y el presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), José Rafael Vargas; además, claro está, del vocero del gobierno, el doctor Rodríguez Marchena. Nadie, al margen de los ideólogos, conoce en detalles este proyecto de comunicación y de qué manera cada responsable se manejará frente a los periodistas y los medios de comunicación, pues habrá de suponer que en algún punto podrían presentarse conflictos de intereses o invasión de áreas de influencias. Las cosas, vista a vuelo de pájaro, parece compleja. Por ejemplo, sería interesante saber dónde empieza y dónde termina la responsabilidad de Rafael Núñez en el Palacio Nacional e igual pregunta cabría para el caso de Rodríguez Marchena. Pero sería bueno no caer en especulaciones ni anticipar determinadas situaciones. Las explicaciones de seguro vendrán. Pues vamos a esperar.

———–

El viernes pasado en la mañana observé nuevamente en el Palacio Nacional al ex vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal. Esta vez le acompañaban otras tres personas, entre ellas su prima, la diputada peledeísta Minou Tavárez. Penetraron al área del antedespacho presidencial y más luego se les hizo pasar al despacho del presidente Leonel Fernández. No conozco de la agenda del encuentro. Pero es bueno el dato para los que llevan anotaciones. Otra cosa. Me ha escrito el ingeniero Hamlet Hermann sobre el asunto este de la República Árabe Saharaui Democrática. Mañana, su Dios quiere, reproduzco su nota. Hermann es un gran admirador de esa nueva República.