En el Palacio

En el Palacio

POR MANUEL JIMÉNEZ
A raíz del paso de la tormenta Noel la prensa local recogió muchas historias de héroes anónimos que de una u otra manera arriesgaron sus vidas para auxiliar a personas colocadas en situaciones de peligro.

Está el caso del pastor evangélico que murió en la zona de Villa Riva auxiliando a otras personas y se habla también de otro deceso en circunstancias similares en la zona de Higüey, en el Este del país.

Me cuentan que estas historias recogidas por la prensa, más los informes rendidos por los organismos de socorro, llevaron al presidente Leonel Fernández a ordenar que se organizara un acto para reconocer el arrojo y la valentía de estos héroes anónimos. Se estaba en la preparación de este encuentro cuando el Palacio Nacional se enteró que el humorista y productor de televisión, Freddy Beras Goico, junto a José Antonio Rodríguez, publicista y cantautor, trabajaban en una iniciativa similar, pero de mucho más alcance.

Lo de Freddy y José Antonio persigue honrar a todos los voluntarios, a todas aquellas personas que en situaciones de desastres, en Semana Santa y en largos asuetos se van a las carreteras y autopistas, a las playas, a los ríos y a las montañas a preservar vidas, pero también a auxiliar a los afectados o vacacionistas. Con la información en sus manos, Rafael Núñez, director de Prensa de la Presidencia, convocó a su despacho a Beras Goico y a José Antonio Rodríguez y les puso al tanto de los planes del gobierno o concretamente del presidente Fernández. Del despacho de Núñez, Beras Goico y José Antonio pasaron a las oficinas del presidente Fernández y allí se acordó refundir ambas iniciativas y hacer un solo reconocimiento.

El gobierno, sin embargo, marcó distancia con la iniciativa de las dos reconocidas figuras públicas, aunque ofreció todo su respaldo. En el programa del encuentro a celebrarse el 17 de este mes, a las 6:00 de la tarde, en el Palacio de los Deportes, estarán mezcladas las dos iniciativas y se espera la presencia en la actividad del presidente Fernández e, incluso, de la primera dama Margarita Cedeño de Fernández.

El presidente Fernández ha estado seleccionando las provincias mayormente afectadas por la tormenta Noel para encabezar Consejos de Gobierno en lo que se da la oportunidad a los representantes comunitarios de exponer, en líneas generales, los daños causados por el fenómeno a su demarcación.

Estos encuentros, sin embargo, se celebran a puerta cerrada, sin la presencia de la prensa, algo que impide que algunas situaciones que se presentan durante su desarrollo puedan ser del dominio público. Por ejemplo, en el más reciente Consejo de Gobierno celebrado en Cotuí, municipio cabecera de la provincia Sánchez Ramírez, se registró un momento jocoso, pero de claras implicaciones políticas.

El sacerdote Nino Ramos es ampliamente conocido en toda esta zona. Tiene un historial de lucha a favor de su comunidad que lo ha llevado, incluso, a encabezar huelgas y otras demostraciones de fuerza exigiendo obras públicas a los gobiernos.

En ese Consejo agotó un turno para plantear sus reclamos, y casi al final de su intervención pidió al presidente Fernández la instalación de una subestación de electricidad en el lugar conocido como El Ocho de Caballero Arriba para resolver los problemas de bajo voltaje en la zona. ¡Eso sí, Presidente!, clamó con fuerza, ¡esa subestación tiene que estar construida en año y medio! “Pero también, siguió diciendo el sacerdote, queremos que sea usted quien venga a inaugurarla!

 La advertencia no sólo generó una explosión de risa, sino de un cerrado aplausos, narraron testigos. Sucede que tendremos elecciones presidenciales dentro de casi cinco meses y el presidente Fernández opta por la reelección. El mensaje, entonces, se entendió clarito. Lo bueno es, según me cuentan, que el vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Radhamés Segura, presente en la reunión, se comprometió a instalar la subestación en un plazo de tres meses. Bueno, por si la mosca, diría cualquier mal pensado.

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