En el Palacio

En el Palacio

En este país estamos acostumbrados a las iniciativas novedosas y controversiales, como es el caso de la más reciente, a cargo del diputado oficialista Henry Sarraff. Navegando en internet encontré bastante información y explicación sobre la llamada Ley de Lemas, la misma que busca poner en vigencia en el país el diputado Sarraff, según se aclara ahora, a través de una simple reforma a la Ley Electoral y no a la Constitución de la República. En un portal argentino en el Internet, país donde en varias provincias funciona La Ley de Lemas, encontré unas consideraciones interesantes sobre este controversial método de elección que me gustaría compartir con los lectores de este diario. Un estudio realizado por los expertos argentinos Juliana De Lorenzo, Gustavo Greco, Claudio Garcia Nani, Daniel Buseta y Martín Mari, para una publicación llamada «Reforma Política», se destaca que en distintas jurisdicciones electorales de ese país rige hoy la llamada Ley de Lemas, pero que muy pocos conocen su funcionamiento, su aplicación crea confusión en los votantes y sus fines no parecen coincidir con los horizontes de transparencia y de interés ciudadano que busca la gente».

Las provincias argentinas que actualmente utilizan la Ley de Lemas son Chubut, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Río Negro, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santa Fé, Santiago del Estero y Tucumán. Explican que el método consiste en que «todas las fracciones internas de un partido pueden presentarse a elecciones con candidatos propios, los cuales vienen a constituir los denominados Sub lemas. El total de votos que se adjudica cada partido político (Lema), corresponde a la suma de los votos que hayan recibido todos los sub lemas de ese partido o lema. Esto determina el número de cargos que obtiene ese lema. Por ejemplo, para la asignación de cargos (salvo que se dispute uno sólo, el titular del Poder Ejecutivo nacional, provincial o municipal), se distribuye en forma proporcional a los votos obtenidos por los sub lemas. «La Ley de Lemas busca evitar divisiones dentro del partido reemplazando las internas por la participación de los sub lemas en las elecciones generales.

Originariamente, agregan los expertos argentinos, este sistema fue pensado para poner fin a las metodologías propias de las internas partidarias y no elegir candidatos a espaldas de la ciudadanía. Pero dicen que en lugar de integrar las opiniones y los intereses políticos en torno a los grandes partidos, promueve un fraccionalismo que atenta luego contra la gobernabilidad, dado que el elenco gobernante puede llegar a estar integrado por distintas fracciones agrupadas en los sub lemas. Como consecuencia de la eliminación de las internas, los conflictos partidarios no se resuelven dentro del partido sino que son trasladados al gobierno, reflejándose en decisiones y actitudes que afectan a toda la sociedad. La fragmentación y debilitamiento de los partidos son también consecuencia de la aplicación de la Ley de Lema, sostienen. Aunque reconocen que el sistema es apropiado para alentar la presentación de candidatos independientes a las cúpulas partidarias representadas por la dirigencia tradicional del partido, promueve también, sin embargo, una cierta independencia de los candidatos respecto de propuestas y aspectos de la plataforma partidaria. La contracara, siguen diciendo, es que el candidato pueda verse tentado a dirijir sus acciones proselitistas con ánimo puramente clientelista. La promesa de puestos de trabajo u otras prebendas a cambio de votos es denunciada como consecuencia de esas prácticas clientelistas que pueden potenciarse con la Ley de Lemas.

Otro inconveniente que los expertos observan bajo este método, es que el elector no sabe a quien beneficiará en última instancia su voto. Puede ocurrir que el candidato (sub lema) que más votos obtuvo individualmente no pertenezca al partido que mayor cantidad de votos obtuvo y que, por lo tanto, no gane la elección.

En otro portal de Internet se destaca, además, que quienes critican la Ley de Lemas consideran que, como consecuencia de su aplicación, se debilitan las estructuras democráticas, ya que se concibe al partido como corporación y además la impresionante cantidad de candidatos prevalece más por el interés en los cargos que por convicciones políticas. Ya en la provincia argentina de Santa Fé se aceptaron estos criterios y se decidió por la derogación de este método de elección.

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