En el palacio

En el palacio

Por Manuel Jiménez
Río de Janeiro es la segunda ciudad más grande de Brasil, pero mientras esperábamos en una base militar de las afueras el arribo del avión que transportaba al Presidente Leonel Fernández y su comitiva desde Brasilia, Cristian Rafael Núñez, el hijo de la cónsul dominicana, Joselín Rosario, nos puso al tanto de los riesgos que entraña el pasearse inadvertido por ciertas zonas de aquí.

El auge de la delincuencia y del narcotráfico ha colocado  a esta popular ciudad en una de las más peligrosas en toda América Latina, pese al evidente despliegue policial que se observa por todas partes. En la ruta hacia la sede de la Fundación Getulio Vargas, tras el arribo del Presidente Fernández, observamos desde los vehículos los enormes cerros llamados “Favelas”, donde residen los pobres, pero donde casi a diario se registran enfrentamientos violentos entre bandas de narcotraficantes y las autoridades, siempre con saldos de víctimas fatales. Ya narré de qué manera los policías que escoltaban la caravana presidencial ordenaban detener los vehículos particulares para cedernos el paso. Aquello era pistola en manos o con metralletas colocadas en posición de refriega. De todas maneras, las advertencias del joven Núñez apenas nos sirvieron para ilustrarnos de cuáles niveles de peligro había alcanzado esta ciudad, algo que nos sentimos cuando la visitamos en una ocasión anterior, justamente durante el primer período de gobierno del Presidente Fernández. A ningún miembro de la comitiva, y mucho menos a los de la prensa, nos alcanzó el tiempo para pasearnos por Río de Janeiro, especialmente las áreas más frecuentadas por los turistas de las avenidas Ipanema y Copacabana, pues desde que se desmontó del avión, el Presidente Fernández inició el cumplimiento de una agenda que se prolongó hasta próximo la medianoche, empezando por un encuentro en la Fundación  Getulio Vargas.

En una ciudad tan enorme, el desplazamiento entre un punto y otro se torna problemático por el profuso e intenso tráfico. Así es que llegamos al próximo punto de la agenda, la sede del Banco de Desarrollo Social y Económico, de Brasil (BNDES), al caer la tarde. Los temas en agenda fueron interesantes, pues el Presidente Fernández y los integrantes de su comitiva, entre ellos los empresarios José Luís Corripio Estrada y José Miguel Bonetti, expusieron diversas iniciativas sobre posibilidades de financiamientos por parte del BNDES a proyectos públicos y privados. Se habló del etanol, el fomento a la micro, mediana y pequeña empresa (en esta parte hizo una exposición el Secretario Administrativo, Luís Manuel Bionetti), así como de la modalidad de financiamiento puesta en marcha para la compra a la empresa aeronáutica Embrear de una flotilla de ocho aviones militares Súper Tucano. Eddy Martínez, del Centro de Inversión y Exportación (CEI-RD), no quiso desaprovechar la ocasión para plantear la posibilidad de que el BNDES pueda financiar a empresas brasileñas y dominicanas que se interesen por desarrollar proyectos de inversión conjunta en áreas tecnológicas en el parque Cibernético de Santo Domingo. Ya en Brasilia había contactado a varias firmas brasileñas que, según dijo, mostraron disposición de venir al país a explorar inversiones en este campo. Algo que llamó la atención fue la exposición inicial que se le hizo al Presidente Fernández y sus acompañantes al inicio de la visita a la sede del Banco. EL BNDES esta destinando recursos al financiamiento en sumas superiores a la que facilita, por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los desembolsos  del BNDES han totalizado US$87,687 Millones, en tanto que los del BID llegan a US$66,687 millones. Los brasileños aseguran, incluso, que en algunos renglones sus créditos están por encima de los que concede el Banco Mundial, y a menores tasas de interés. Pero la visita a Río de Janeiro fue cerrada de manera espectacular: la visita a los gigantescos estudios de Tele-Globo, productora de gran parte de las telenovelas que se difunden en el país.

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