En el pantano de las acciones dispersas

En el pantano de las acciones dispersas

Insisto, debemos superar la cultura de la inconsistencia, de hacer análisis políticos y no actuar de manera consecuente con las conclusiones a que llegamos. Todos decimos: no al paquetazo fiscal, enfrentémoslo todos, pero cada quien tiende a hacerlo en su pequeño mundo, enfrentando los retos políticos que nos son comunes con acciones dispersas con nuestros cercanos y poco o nada hacemos para enfrentar de manera unitaria la presente coyuntura.

No se vislumbra que el presente gobierno llegue a algún acuerdo sustantivo con la sociedad civil o lo que queda como oposición política, todo apunta a que impondrá su paquetazo para obtener el máximo de los recursos que le permitan seguir el proyecto de poder del PLD;  sin introducir cambios sustanciales en su política de gasto público, sin recurrir a un significativo recorte en la estructura burocrática del Estado, manteniendo las nominillas partidarias, los nombramientos para pagar lealtades y  diversas instituciones del Estado haciendo las mismas cosas.

Para que nada cambie, el comité político del PLD “acordó respaldar de manera pública y unánimemente  al gobierno encabezado por el compañero Danilo Medina y al proyecto de Reforma Tributaria que será sometido al Congreso Nacional para fines de conocimiento, discusión y aprobación”.  En ese Congreso tienen una mayoría que como jauría y con la complicidad de los jefes de todas las facciones de dos principales partidos, defienden sus privilegios, sus cofrecitos y barrilitos. Allí finalizará el sainete de la “discusión” del paquetazo.

Independientemente de las consecuencias, este gobierno impondrá su “reforma” para obtener recursos del FMI y seguir haciendo lo que siempre ha hecho. Siendo consistente con lo que desde hace mucho estamos diciendo, este gobierno tiene el suficiente poder para imponerlo y  ese poder no descansa sólo en su control cuasi absoluto de todas las instituciones del Estado, sino en la debilidad de una sociedad dispersa, fragmentada, sin expresiones importantes de solidaridad social en vastos segmentos de la población y en la inexistencia de una sólida oposición política.

Lo peor de la imposición del paquetazo no son sus efectos devastadores para esta sociedad, desde el punto económico, lo cual podría ser coyuntural, sino porque acentuaría el inmovilismo y la incapacidad de ésta para dar respuesta a coyunturas donde está en juego su futuro como nación, algo que tiende a ser estructural. Esto nos da una idea de la dimensión de los alcances que pueda tener el desenlace de la presente coyuntura política y el esfuerzo que debe hacerse para superarla.

Valoro las acciones de protestas que se han estado haciendo, pero por ser dispersas se convierten en eventos testimoniales, en expresiones de rabia y condena, las cuales, a veces, constituyen un punto de partida para la acción política, pero de por sí, son insuficientes para obtener objetivos sustantivos y para producir cambios políticos. Para esto, se necesita la participación articulada de todos los sectores políticos organizados, de manera sostenida, con visión de futuro, con claridad de objetivos y poniendo lo político en primer plano.

Si no salimos del pantano de la dispersión, este gobierno, siguiendo la lógica de su partido, impondrá su paquetazo sin importarle sus consecuencias políticas, económicas o sociales.

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