En el Salvador
Remesas bajan la pobreza en un 7.2%

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SAN SALVADOR.- «El impacto de las remesas en la pobreza en El Salvador es del 7.2 por ciento. Es el más alto de cualquier otro país», afirmó Humberto López, economista del Banco Mundial y co-autor del “”Cerca de Casa”, quien lo presentó en El Salvador.

Explicó que El Salvador es el país de América Latina donde mayor impacto en reducción de la pobreza tiene el hecho de recibir dinero desde EE.UU.

La recepción de remesas en el país llegó a los 3,500 millones de dólares en 2006, lo cual representa el 17.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y cubre alrededor del 80 por ciento de la brecha comercial del país, explicó.

América Latina recibe más de 60 mil millones de dólares en concepto de remesas. Los principales países emisores de ese dinero son emigrantes que residen en Estados Unidos y España.

En ese contexto, El Salvador es el quinto mayor receptor de esas divisas en toda Latinoamérica, y el cuarto en recepción per cápita.

Los salvadoreños reciben 400 dólares, asegura el estudio, unos 200 dólares más que el promedio de la región.

Rafael Pleitez, gerente de la sección social de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades),  consideró que las remesas en El Salvador han servido de «seguro informal, especialmente a los hogares rurales que se encuentran en constante riesgo».

En el país un 25 por ciento de los habitantes son receptores de remesas, «alrededor de uno de cada tres», recalca Pleitez quien asegura que estas se reciben principalmente en la zona norte y oriental del país. 

Según el Banco Mundial, de los salvadoreños receptores un 40 por ciento son pobres.»

«La pobreza de América Latina aumentaría del 25 por ciento al 27.8 si se cancelaran las remesas, eso porcentualmente se ve poco, pero se verían afectadas unos 15 millones de personas», indicó.

No obstante, el economista del Banco Mundial se refirió al impacto social de emigración:

Hay pérdidas que podrían rondar el 7 por ciento del PIB (por impuestos e inversiones generadas en otro lugar) y también por «fuga de cerebros».

Además, en El Salvador un 30 por ciento de los graduados universitarios emigran.

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