En el Teatro Las Máscaras, ¿Un encuentro casual?

En el Teatro Las Máscaras, ¿Un encuentro casual?

Escena de la obra “Un encuentro casual” en el Teatro Las Máscaras.

No es por casualidad que vamos al Teatro Las Máscaras, ubicado en nuestra Ciudad Colonial. Acudimos a esa entrañable sala por que allí siempre podemos pasar un momento de solaz, que nos proporciona el placer de disfrutar de una obra de teatro.

Pero esta vez sí hubo “Un encuentro Casual”, que nos dio la oportunidad de ver el estreno de esta obra de la autoría de la dramaturga y directora Germana Quintana.

El pequeño escenario, una continuación de la platea que de alguna manera nos acerca y nos involucra en la trama, recrea un “tugurio” hermoso dentro del concepto, elaborado por Fidel López. En una esquina, un pequeño piano tocado por “Mario” –Exmín Carvajal– el dueño del local, inunda la atmósfera de bellos boleros, que nos trasladan a décadas pasadas, inicia la trama.

Aparece “Andrea” -Lidia Ariza– la compañera, esposa o simple cómplice de Mario, es una mujer de carácter, la conversación entre ambos gira sobre la precaria situación del tugurio y de lo que serán capaces de hacer para mantenerlo funcionando, ya que es su medio de vida. Pero esto es solo la parte material; el verdadero drama gira en torno a la búsqueda de la felicidad. Aparentemente Andrea ha perdido su deseo de vivir en un mundo sórdido.

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Una pareja joven, “Chris” –Aleja Jhonson-y “Ricardo” –Luciano García- llega al lugar, se produce una escena un tanto picarezca cuando piden un plato fino, costoso, cuyos ingredientes no se encuentran en la bodega, pero Mario se apresura en buscarlos, lo importante es poder ganar dinero.

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La joven Chris lo tiene todo, proviene de una familia adinerada, pero aparentemente hay en ella un vacío existencial, se desconoce a sí misma. Para animar el ambiente y deleitar a los únicos clientes, “Andrea” se apodera de la escena, interpreta un famoso bolero cuyos bellísimos versos se convierten en una especie de metáfora significante en la vida de Andrea y Chris: “Nunca olvidaré que dos extrañas éramos tú y yo aquella noche Que la soledad fue la que nos unió. La felicidad así llegaba Y algo sucedió en nuestro corazón”.

Al finalizar la melodía, Andrea y Chris, luego de mirarse y redescubrirse, se unen en un beso pasional que transformará sus vidas, es el amor lésbico a veces incomprendido, una realidad de hoy y del ayer lejano, que nos remite a la Grecia antigua, a la poetisa Safo de Lesbos.

La escena produce un clímax, en el que Lidia Ariza, en una actuación entrañable, logra un momento supremo, que se decanta en la expresividad de sus gestos y los matices de su voz.

Su contraparte, por así decirlo, consigue sorprendernos, la actuación de la joven actriz Aleja Johnson es excelente, su capacidad histriónica y versatilidad, la llevan a colocarse a la altura del desafío que significa actuar junto a esa primera figura de la escena que es Lidia Ariza.

No habíamos tenido la oportunidad de ver actuar a Aleja Johnson anteriormente, y nos ha sorprendido. Esperamos pronto volver a verla en una nueva propuesta escénica. Digno de resaltar es una faceta poco conocida de Lidia Ariza, la de cantante, cuya voz hermosa y melodiosa la convierte en una exquisita bolerista.

Ricardo pretende casarse con Chris, no le importa su condición pero sí su dinero, Luciano García interpreta este personaje farsesco, con propiedad, es otro actor desconocido, que descubrimos, y logra conquistarnos. Exmin Carvajal luce estupendo en su papel de Mario, es el perfecto Laissez faire o en buen dominicano el “ni payá voá mirá”, solo le importa el presente, sobrevivir. Ricardo y Mario se complementan en su liviandad, produciendo momentos de relajación e hilaridad. Cada escena es resaltada por las luces y el sonido oportuno, de la Regidora Paloma Concepción.

Germana Quintana como directora y autora escoge con buen criterio cada uno de los actuantes, pauta la narrativa escénica a un ritmo continuo, con pequeños climax; el espectador luego de la introducción, percibe la realidad, imagina el desenlace, pero tras el intermedio, cuando aparentemente Andrea y Chris regresan felices de un viaje idílico, hay un giro que nos deja sorprendidos, es el amor, real… sacrificio. Les invitamos a disfrutar y descubrir la verdad de este Encuentro Casual.

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