En el umbral de otro cuatrenio

En el umbral de otro cuatrenio

Ratificada mediante votación para un nuevo período la calidad de “Presidente de todos los dominicanos” del licenciado Danilo Medina, el compromiso de regir para el universo de los ciudadanos lo lleva a colocarse por encima de las fronteras políticas y a cumplir un mandato que atienda necesidades y genere satisfacciones a todos por igual. Gobernar con amplitud de mira y de atención a los reclamos por el bien social que desde ópticas quizás diferentes a la del oficialismo, formulan diversas organizaciones contestatarias. Si el mandato de las urnas es ineludible también debe serlo el propósito de conservar la legitimidad, e incluso acrecentarla, con el empeño de ser intérpretes de las justas demandas de gobernados sin distinción.
Al balance de logros que se atribuyen a esta período tendrán que sumarse en el porvenir objetivos claves planteados una y otra vez para que haya eficiencia y transparencia en el gasto publico. Es urgente sentir que desde los poderes se dan pasos seguros hacia una imprescindible redistribución mayor del ingreso. Que el crecimiento de la economía llegue, como ha pedido ya el Banco Central, a más sectores. Además, la nación aspira a la vigencia de un sistema judicial sin brotes de corrupción y caracterizado por la imparcialidad a todos los niveles. Y a que una maquinaria suficiente, competente y bien pagada, convierta la seguridad ciudadana en algo inequívoco, entre otras prioridades.

Agolpándose en pocos sitios

La inviabilidad de tránsito en Santo Domingo tiene entre sus causas la desproporción con que se amontonan residencias con agudo aprovechamiento de la vertical, colegios y universidades, múltiples negocios, oficinas y plazas que compiten por ser cada vez más grandes. Una densidad de presencia y circulación que afloró de buenas a primera entre calles y avenidas no aptas para acoger tanto público y vehículos. La ciudad se llena de conjuntos de torres cruzados por calles angostas que surgieron cuando no se soñaba con una explosión de asentamientos atraídos a sectores generalmente céntricos que prometían paz, amplitud y comodidad que se esfuman porque cada vez son más los condómines y los pisos que presionan los servicios públicos y hasta el aire para respirar. Bellezas de diseño y mármoles que terminarán por no ser suficientes para sentirse bien.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas