En España ganó el miedo

En España ganó el miedo

[b]Señor director:[/b]

No llevo a España en el Corazón, pues no es mi Madre Patria, ya que mis ancestros, por parte de mi madre, llegaron del Africa, sabrá Dios si fue un negrito o una negrita; y por mi padre, desciendo de holandeses, entre los cuales está mi abuelo Meijer, enterrado en el cementerio judío de Curazao.

Pero esto no quiere decir que no me interese lo que ocurre allí, ya que mi hermana menor casó con un nativo de Arafo, en las islas Canarias, y sus tres hijos están debidamente registrados como españoles en la embajada de la avenida Independencia.

Llevar a España en el Corazón se lo dejo al gran Pablo Neruda, que a raíz de la Guerra Civil del 1936 al 1939, que según la conocida novela de José María Gironella dejó un millón de muertos, publicó un libro de versos, muchos buenos, otros malísimos, como aquel que decía, para condenar a uno de los generales seguidores de Franco, esta perla: Mola, el Mulo, con llamas en la cola y en el culo.

Todo lo cual me sirve de introducción para opinar que quien ganó las elecciones españolas del pasado dia 14 de este mes no fue el Partido Socialista Obrero Español, que iba detrás del Partido Popular en las encuestas, sino el miedo.

Porque a raíz del salvaje atentado terrorista del día jueves 11, el gobierno de José María Aznar se precipitó a acusar de los más de 200 muertos y más de 1,400 heridos al grupo ETA, por miedo a que sus autores fueran miembros de la red Al Qaeda, como aconteció, que cumplió así su amenaza de castigar a quienes se han hecho cómplices de la invasión a Irak.

Y fue el miedo el que llevó a millones de españoles a salir a las calles de Madrid, Barcelona, y todas sus ciudades, a protestar contra el terrorismo ciego, temerosos de que otro castigo, Alá no lo Quiera, proveniente del fanatismo ciego del Medio Oriente, les llevase más luto y más lágrimas.

Miedo fue lo que llevó al 43% del electorado a votar por José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha prometido retirar la brigada Plus Ultra de Diwaniya, ya que fue una imbecilidad de Aznar asociarse al analfabestia de George Bush Junior, en la aventura guerrerista de derrocar a Saddam Hussein, con el pretexto de que poseía armas de destrucción masiva, que no han aparecido ni en los centros espiritistas.

Cuando la verdad es que el objetivo norteamericano es apoderarse de las segundas reservas probadas de petróleo a nivel mundial, cuando ya las existencias del combustible se están agotando, aunque se han metido en un nuevo Vietnam, no de selvas sino de mares de arena, cuya salida es no solo será incierta, sino cruenta.

El 36% de los españoles que votaron por Mariano Rajoy no dejaban también de compartir ese miedo, ya que la repulsa al mantenimiento de los soldados españoles en Irak es casi unánime, pese a eventuales complicidades entre ETA y Al Qaeda, lo que no supo entender el Partido Popular.

Y aunque el miedo haya servido de zapata al Partido Socialista Obrero Español para su merecida victoria, que tampoco fue tan contundente como muchos han cantado, se trató de elecciones ejemplares, que reafirmaron la fortaleza de la democracia vigente bajo la tutoria simbólica del rey Juan Carlos Primero, como lo evidenció que tres horas después de cerrarse las urnas, ya se conocían los resultados, ante los cuales Rajoy no dudó un momento en felicitar a Zapatero.

Gracias, señor Director, por la publicación de esta carta.

Rafael César Hoepelmán

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