La sargento Liwisca Lebrón no pudo disfrutar ayer el Día de las Madres como las demás Policías, debido a que lo pasó a la espera de que un milagro saque del estado crítico a su única hija, Anyeilis Reyes, de cuatro años, herida de bala en la cabeza el sábado por un hombre que intentó matar a su expareja y que luego se suicidó.
Está agarrada de Dios, estoy totalmente sin fuerzas, estoy bastante mal, pero confiada en Dios, expresó con la voz entrecortada vía telefónica Liwisca, quien no pudo seguir hablando. La Niña está en el área de cuidados intensivos del hospital de la Plaza de la Salud.
De su lado, el padre de la niña, Antonio Reyes, quien habló con la prensa, explicó que durante la operación que duró tres horas, su hija, quien está en cuidados intensivos, sufrió un paro y que su estado de salud es muy crítico. La bala le rompió el cráneo, el cerebro sufrió daños y por eso no puede atender nada del cuerpo de la niña, es la computadora del cuerpo, informó Reyes.