En Guatemala ganó el país y la Convergencia

En Guatemala ganó el país y la Convergencia

-Contra la Corrupción, la Impunidad-

La renuncia forzada del Presidente de Guatemala en ejercicio, Otto Pérez Molina, precedida por su Vicepresidenta, acusados de constituir una organización criminal para defraudar los derechos aduaneros, marca un hito importante en la historia de América Latina en su lucha contra la corrupción y la manipulación antidemocrática del poder público.

En ese país centroamericano, la creación de una fiscalía independiente del poder ejecutivo, permitió someter a la justicia al presidente de la República, con las pruebas de su manejo inescrupuloso de los recursos del Estado.

Pocos días después, una mayoría de la ciudadanía votó a favor de un “Frente de la Convergencia Nacional” y su candidato Willy Morales, para la Presidencia, al margen de los partidos tradicionales, lo que crea grandes expectativas en la población de esa nación.

En realidad, hay todo un movimiento a escala latinoamericana de repudio a una clase política altamente corrompida y que se ha marginado de los intereses populares, generando inseguridad colectiva creciente, y deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías. Brasil, México, Argentina, Honduras, Perú, El Salvador, Puerto Rico, Haití, Paraguay, y sobre todo la República Dominicana, están en camino de liberarse de esa lacra que impide su desarrollo e induce la degeneración moral e institucional en esas naciones.

Aunque falta una segunda vuelta electoral en Guatemala, todo indica que la Convergencia de partidos de ese país se alzará con la victoria, para iniciar una nueva etapa política en esa nación; tal como sucederá aquí con nuestra Convergencia, para dejar atrás esta pesadilla de corrupción, crímenes y manipulación política que pretende eternizarse en el poder.

Frente a la ofensiva mediática de falsos progresos que pretenden esconder la incapacidad y corrupción del gobierno de Medina y el PLD, hay que poner al desnudo la real situación de la agropecuaria nacional, la falsa revolución educativa, la larga lista de miles de millones de dólares escamoteados en obras sobrevaluadas y el desvío de recursos públicos para politiquería; el abandono de la democracia partidaria y estatal, la degradación de la salud, los tribunales de justicia, sustracciones del patrimonio inmobiliario del Estado, el cobro de “peajes” para cualquier negocio de importancia y en todo lo que mueva dinero en el país, en favor de miembros de la corporación PLD, en una gigantesca operación de “acumulación originaria de capitales” a costa del endeudamiento creciente de este país.

En este caso, hay que distinguir el carácter monopolista en la cleptocracia delincuencial de la élite del PLD, representada por los miembros su Comité Político y adláteres, de un número considerable de miembros de ese partido que aún sigue los principios que trató de inculcarles Juan Bosch, así como funcionarios serios que son salvables todavía, de esa vorágine que nos está creando sus gobiernos.

El país debe formar un frente único con integrantes de todos los sectores, para imponer su voluntad de cambio, para sin violencia ni rencores, salir de esta pesadilla económica política y social que padecemos, para establecer un gobierno decente, con reglas de juego democráticas, libres, y oportunidades para todos, a partir del 16 de agosto del 2016, tras la cita electoral del 15 de mayo próximo…

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