POR HAL WEITZMAN
Las divisiones regionales y sociales de Bolivia pueden profundizarse con las acusaciones de que el presidente Morales está buscando manipular una asamblea que re-escriba la constitución del país.

Cuatro de los nueve departamentos de Bolivia han convocado a una huelga general par mañana en protesta a las propuestas de aliados del señor Morales en la Asamblea Constituyente para cambiar las reglas de votación dentro del órgano.

La legislación aprobada por el Congreso de Bolivia para establecer la asamblea especifica que las medidas constitucionales pudieran aprobarse solo con una mayoría de dos tercios de los delegados. El partido gobernante, Movimiento al Socialismo (MAS), desea bajar el límite para permitir que las propuestas sean aprobadas con una mayoría simple.

El MAS controla 137 sillas en el órgano de 225, menos de los 170 votos que necesitaría para los dos tercios de los votos de la asamblea. Los partidos de oposición dicen que el cambio propuesto en las reglas de votación es un abuso e poder, de lo que ven cada vez más como un gobierno autoritario.

La huelga general ha sido convocada por los departamentos de las tierras bajas del este, donde tiene su base gran parte de la oposición al señor Morales. Las cuatro regiones votaron en junio por una mayor autonomía de La Paz, y esperan utilizar la asamblea para afianzar la restitución regional en la nueva constitución. Muchos activistas quieren salir de la asamblea si no pueden lograr la autonomía.

El señor Morales dijo que los huelguistas “quieren dividir el país” y los advirtió que pudiera utilizar el ejército contra un levantamiento civil. “llamamos a las fuerzas armadas a asumir su papel constitucional para defender la soberanía del territorio nacional”, dijo.

Grupos de protesta de la izquierda han amenazado con enfrentar las regiones del este y defender la asamblea. “Nos vamos a movilizar y pudiéramos armarnos”, dijo Favio Pérez, un líder de los productores de coca de la región Yungas. “La historia demuestra que el cambio a veces viene con las armas”.

La intranquilidad social ha aumentado en los últimos meses. El llamado a una huelga general sigue una cadena de demostraciones de los trabajadores del transporte, maestros, médicos y otros.

La tasa de aprobación del señor Morales ha bajado de 81% en mayo a 61%, de acuerdo con una encuesta de Apoyo, una encuestadora regional respetada, publicada esta semana.

La política de Bolivia de nacionalizar el sector del gas natural ha recibido un impulso. El gobierno empezó a renegociar el contrato con Total de Francia y recaudó US$32,3 millones por derechos más altos sobre el gas. Bajo los términos del decreto de nacionalización, todos los inversionistas extranjeros tienen que renegociar sus contratos de operaciones antes del 1 de noviembre, o abandonar Bolivia. 

VERSION IVAN PEREZ CARRION