En  Haití “vivos” cobran tributos

En  Haití “vivos” cobran tributos

El cobro amenazante en territorio haitiano de supuestos impuestos y otros tributos por individuos sin identificación oficial,   es uno de los obstáculos más grandes que enfrentan quienes viajan desde la República Dominicana hacia Haití con propósitos turísticos o de negocios. En el trayecto entre la frontera y la capital, Puerto Príncipe, varios grupos que dicen trabajar para el gobierno exigen a los viajeros el pago de altas sumas de dinero por diversos conceptos que corresponderían a impuestos.

Recientemente, un grupo de empresarios que viajó desde el lado dominicano hacia Puerto Príncipe, cruzando la frontera por Jimaní, fue acosado varias veces por hombres que requirieron pagos de varios miles de pesos por concepto de supuestos impuestos por derecho de tránsito, seguro, estacionamiento e inspección del vehículo en que viajaban. Por los tantos pagos realizados, el grupo apenas recibió una factura, que resultó ser falsa. Se duda que el dinero  fuera a parar al Estado haitiano.

El cobro compulsivo de alegados impuestos por grupos de dudosa autoridad pone un serio obstáculo al interés de sectores empresariales y turísticos radicados en el lado dominicano por realizar negocios o explorar oportunidades en Haití. El tema debe ser acogido en la agenda común que han estado elaborando  los gobiernos dominicano y haitiano.

Los resultados del censo 2010

A octubre del 2010, la población dominicana era de 9 millones 445 mil 281, de la que   4 millones 739 mil 038 son hombres y 4 millones 706 mil 243 son mujeres. Para entonces contábamos con    2 millones 662 mil 862 viviendas de diversas categorías.

Esos y otros detalles corresponden a los datos definitivos del Noveno Censo de Población y Vivienda, levantado en el año 2010, dados a conocer ayer durante una ceremonia en el Palacio Nacional.

 El censo es la herramienta por excelencia para trazar las políticas de Estado que necesita un país para avanzar y desarrollarse. Si sabemos cuántos somos, cómo vivimos y cómo estamos distribuidos en el territorio nacional, se facilita la tarea de planificar para cubrir necesidades y mejorar la calidad de la vida.

Son datos vitales para alimentar la Agenda Nacional de Desarrollo.

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