En honor a Dedé Mirabal

En honor a Dedé Mirabal

En homenaje a Dedé Mirabal publiqué en Facebook la foto que hice de una mariposa posando encina de una Celia y recibí el siguiente mensaje de Rita de Moya: “Rosa Francia ya tienes la foto, la ilustración. Basta esa sola, Dedé, una más, ¡ahí la tienes! Anda, ve, ahora escribe”.

Sí, Rita, estoy escribiendo en honor a Bélgica Adela Mirabal Reyes, por quien sugerí que se decretara duelo nacional y ahora propongo que sus restos sean llevados al jardín del Museo Hermanas Mirabal, donde están sus hermanas y su cuñado Manolo Tavárez, lugar declarado por ley Extensión del Panteón de la Patria.

Y es que también se sirve a la Nación cuando se dedica la mayor de la vida al rescate de la memoria histórica para trasmitirnos a todos que tiranías como la que encarnó Trujillo no deben repetirse.

Gracias a su trabajo, de manera directa o indirecta, conocemos la historia de sus hermanas y de Rufino de la Cruz quienes juntos murieron víctimas de ese régimen de intolerancia; tenemos un Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer; podemos apreciar un museo que atesora parte de la vida de Patria, Minerva y María Teresa y opera la fundación “Hermanas Mirabal”.

¿Acaso no influyó su accionar para la creación del Museo de la Resistencia? Y, ¿acaso no es admirable el gesto de criar los hijos huérfanos de sus tres hermanas junto a los suyos, tarea en la que quedó sola después que muriera su madre?

Lo más importante es que vivieron en un ambiente de amor y por eso hoy la hija de Manolo y Minerva, Minou, dice que Dedé fue “mujer que llevaba la mejor de las sonrisas, el escudo de la fe como armadura, y el amor a su familia como baluarte de protección”.

Por eso también quiero compartir con ustedes el mensaje de Margarita Luciano: “Una flor para quien floreció y crió hijos propios y ajenos a los que educó con amor y sin rencores y una mariposa para significar su vuelo terrenal y celestial. Ya solo nos queda una mariposa, Sina Cabral”.

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