En justa correspondencia

<p>En justa correspondencia</p>

Mucho se ha hablado de la necesidad, real e innegable, de que el Estado incremente la inversión en educación y se han citado, inclusive, proporciones del Producto Interno Bruto que se estiman adecuadas.

Sin embargo, aunque la cuantía de la inversión es un aspecto crucial debido a la creciente exigencia de conocimiento, hay que considerar factores cualitativos que también son de extrema importancia.

Actualmente el país invierte menos de mil pesos mensuales en la educación de cada uno de los estudiantes de los niveles inicial y básico, y no alcanza los 300 pesos mensuales la inversión en la enseñanza de adultos.

La inversión cuantitativa es insuficiente, a juzgar por estos promedios tan bajos en comparación con el monto del PIB.

Pero sería interesante medir los alcances cualitativos de la enseñanza por sí misma y en proporción de lo que materialmente se invierte en ella.

-II-

Las mediciones que se han hecho sobre la correspondencia entre la cantidad invertida en educación y la calidad de la misma permiten afirmar que la calidad promedio es deficitaria en comparación con la cuantía de la inversión.

Esto significa que el país, primero que todo, tiene que lograr que haya correspondencia entre la calidad de la enseñanza y la cuantía de la inversión que se hace para lograrla.

Podríamos llenar el país de grandes y modernos planteles escolares y estaríamos haciendo una cuantiosa inversión, que se corresponda, inclusive, con las proporciones del PIB que algunos expertos recomiendan.

Sin embargo, siempre será motivo de preocupación que la calidad de la enseñanza llegue a corresponderse con la inversión en dinero. Hasta ahora no lo hemos logrado.

Luego, al hablar de las proporciones del PIB que serían adecuadas para invertirlas en educación tenemos que establecer la prioridad de que la calidad de la enseñanza retribuya los costos. Esa debe ser la meta.

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