En la bajaíta

En la bajaíta

Los habitantes de Monte Plata, escenario esta semana de una huelga que paralizó durante 48 horas las actividades de esa provincia, no están reclamando nada del otro mundo; o mejor dicho, nada a lo que no tengan derecho en pleno siglo XXI: servicio regular de energía eléctrica y agua potable, calles, caminos y carreteras en buen estado, y un largo etcétera de carencias y necesidades que solo explica el abandono al que la han sometido los gobiernos. No son problemas nuevos, de hecho siempre han estado ahí, a la vista de todo el que quiera verlos, como recuerda el sacerdote Francisco Muñoz, pero ha faltado el interés y la voluntad política de las autoridades para resolverlos. El padre Francisco sostiene, sin embargo, que la comunidad de Monte Plata no piensa darse por vencida, que seguirá reclamando la atención del gobierno a sus necesidades, y que la Iglesia estará acompañando al pueblo en esa lucha hasta que las necesidades sean resueltas. ¡Qué distinta la posición del sacerdote a la que asumió el senador de la provincia Charlie Mariotti, quien ayer se desligó de la huelga! En realidad, el legislador hizo mucho mas: defendió la labor que realiza en favor de la provincia y su comunidad, para la que siempre –alega– busca respuestas, pero también al gobierno y lo que este ha hecho para satisfacer las demandas de sus habitantes. “El país entero está lleno de necesidades insatisfechas y los comunitarios demandan respuestas que a veces no son posibles”, sentenció. ¿A quién debemos creerle? Por lo pronto, querido lector, propongo que sea usted el jurado, y si reside en Monte Plata o conoce de cerca la realidad de la provincia mucho mejor, pues así su veredicto será mas justo y apegado a la verdad. Mientras tanto, que sepa el senador Mariotti que después de haber dicho lo que dijo, en el momento en que lo dijo, mucha gente en Monte Plata estará esperándolo en la bajaíta, es decir, el día de las elecciones.

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