En la calle 10 de Herrera denuncian llevan diez años sin agua

En la calle 10 de Herrera denuncian llevan diez años sin agua

Residentes de la calle 10 en el sector Buenos Aires de Herrera, municipio Santo Domingo Oeste denuncian que pasan una odisea para conseguir agua potable desde hace diez años, fecha en que se les suspendió el servicio.

Por esa razón, dicen muchas familias deben comprar cada dos día un botellón de agua de 60 pesos para tomar, un botellón de agua diario en camiones sin regulación -utilizada para la cocina- por 30 pesos y adquirir un camión de 1,200 al mes para lavar y el aseo de la casa.

La denuncia la hizo Beatriz Álvarez, quien habita en la casa número 10 de la calle con la dificultad del agua.

Dijo que cientos de familias han decidido movilizarse para que las autoridades reactiven el suministro del agua y que estiman que se trata de un “sabotaje”, debido a que casi todas las calles de la barriada tienen agua.

Álvarez, dirigente comunitaria de la zona insiste en que en el caso de la agua “es un sabotaje porque a unos metros de nosotros el agua llega. Lo que da a entender es que ha habido un problema”.

Manifestó que están divididos por la calle Primera, con agua a la derecha de la parte norte y escasez a la izquierda. Otras familias que no tienen agua potable en Herrera, a decir de Álvarez, se ubican en las calles Dos y Cuba, aunque a esta última, cuando se movilizan con protestas, la Corporación del Acueducto del Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) les envía el líquido. “Tenemos unos 10 años sin agua. Eso no puede ser. Eso es inhumano”.

Dijo que compran agua a los camiones para las cisternas y les dura entre 20 días y un mes. Los que no pueden pagar por el traslado, que además es de pozo, buscan agua por varias calles, a pie.

Declaró que la junta de vecinos ha llamado varias veces a la Caasd, donde la solución que les dan es enviarles un camión de agua.
Dijo que no les llega agua para el consumo, mientras un filtrante desparrama agua en la calle Tercera, que conduce a la cañada Guajimía, de la que están separados por una calle.

Expresó que más de 300 familias residen en la calle 10, con callejones repletos de viviendas, colmados y casas de tres niveles.

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