POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes(1974), donde recibe lecciones e influencia directas de Jaime Colson(1901-1975), Barón Arias(1955) es representante distintivo de la denominada Generación de los 70s en Santo Domingo y uno de los primeros en tocar el tema de los dominicanos en Nueva York, ciudad a la que se traslada a principios de la década de los 80s. Su obra se ha exhibido colectivamente en importantes galerías, museos e instituciones culturales de Panamá, Puerto Rico, España, México, Estados Unidos y Cuba.
Entre sus exposiciones individuales de dibujos destacan: Galería Giotto(1976), Galería Imagen(1977), Instituto Cultural Dominico-Americano(1980) y sus exposición de pinturas en la Galería Arawak(1988) y Casa de Bastidas(1991)
Hasta finales de los 80s, la pureza de la línea evidencia una preocupación estética fundamental dentro de su práctica dibujistica. La neofiguración, la plumilla y la tinta serán recursos privilegiados. En esta etapa productiva la factura rigurosa resalta la precisión y el refinamiento de su sensibilidad creadora. Durante cierto tiempo, Arias seguirá obsesionado tras el sentido Colsiano o «neohumanista» de las formas, resuelto cuidadosamente en la representación de sus hieráticas y melancólicas «madonnas» interraciales y mediante un juego ricamente sugestivo de expresividad, volúmenes y diseño.
Sin dudas, Barón Arias goza de un aprecio merecido en el recuento analítico del arte dominicano de las últimas tres décadas. Practicante sistemático y exitoso de la línea: plumilla, aguada o tinta en blanco y negro sobre papel, hacia principios de los 80, con su obra titulada «Muchacha»(1983), Arias obtiene el Segundo Premio de Dibujo en el lX Concurso E. León Jiménes. Prueba definitiva de una etapa creativa en la que desarrolla progresivamente su pleno dominio de la forma y su íntegro repertorio simbólico. De hecho, varios escritores, historiadores y especialistas del arte dominicano del periodo señalado, reconocen y destacan la calidad estética de su producción más representativa.
Ahora, Barón Arias nos sorprende con una nueva producción pictórica que nos lo deja ver escapándose de su característico y reiterativo refinamiento hacia una poética signada por la libertad instintiva, los juegos de manchas y texturas fluídas, las fusiones estilísticas, la explosión cromática enfebrecida y el alarde abstraccionista. Una muestra considerable de esta producción(más de 30 obras al óleo y mixta sobre tela) se presenta desde la noche del pasado jueves 24 en la Casa de Italia( C/Hostos, esq. C/Luyeron de la Zona Colonial).
En la presentación del catálogo que soporta esta explosiva ruptura reciente de Barón Arias sostiene Arnulfo Soto que: «El color más que nada, prima en la nueva manera de expresarse de Barón Arias. La línea a escondida asoma levemente, casi oculta, nos define con timidez, algunas formas de entrañable ternura. Cabezas de mujer, pletóricas de una fina ingenuidad, coronadas con multicolores penachos de encendido carmín, son acaso, irreales personajes abstraídos totalmente de un mundo lógico, cotidiano o de vital existencia. Motivos poéticos diseñados al margen de la realidad, son en fin oníricas visiones que transitan por los andares del alma del artista Accidentes plásticos guiados al azar por manos diestras; estelas multiformes con color de incendio; rasgados girones de brasas calcinadas en un crisol del espíritu; comunicación de incendio, ingenuidad y destreza. Sincera candidez: Es cada intención pictórica de Barón Arias, autentica y bella».