A menos de 24 horas de que el presidente Danilo Medina visitara el sector La Ciénaga, en el Distrito Nacional, la Presidencia de la República designó a un ingeniero para que haga un levantamiento de las obras que demanda la hacinada barriada del norte de la Capital, donde la pobreza parece parir pobreza y también incubarla.

La gente habita amontonada. Las casas son separadas por pequeños callejones en los que, a veces, no cabe una nevera. Sin embargo, los males de La Ciénaga son mayores y comunes a todos: la falta de calles, la acumulación de lodos por la carencia de asfalto, la acumulación de aguas residuales porque el sistema del drenaje del alcantarillado colapsó y la delincuencia, que se expresa en atracos desde la medianoche hasta la madrugada.

El desempleo y la ausencia de centros de formación de jóvenes son otros de los problemas que acusa este sector, rodeado de cañadas y que colinda con el río Ozama en su zona más contaminada.