En la cúspide de la revolución del petróleo y el gas no convencional

En la cúspide de la revolución del petróleo y el gas no convencional

Nuestros mayores esfuerzos deben orientarse a enfrentar los serios desafíos económicos internos. Ahora, cometeríamos un gravísimo error si no nos enteramos sobre los efectos de la más feroz revolución de la historia: la tecnológica. En este artículo describimos los procedimientos que para la extracción de petróleo y, especialmente gas no convencional, se han creado en los últimos años.

Hace cinco años, se creía que la demanda de petróleo de Estados Unidos se incrementaría, elevando el precio del barril a 150 o 200 dólares, desatando enormes consecuencias negativas. Se planteaba, además, que la producción de gas se reduciría anualmente hasta desaparecer en 30 años.

¿Qué ha acontecido? Se encontró, a uno y dos kilómetros de profundidad, reservas de petróleo y gas no convenionales. A través de la trituración de roca (esquistos), una tecnología de alto nivel, se traen a la superficie. Estos hallazgos no solo acontecieron en los Estados Unidos, también en México, China, Canadá, Australia, y apenas está empezando la exploración. La reserva no convencional de Europa se estima tan alta como la de Estados Unidos. Hasta ahora, los gobiernos no han permitido su explotación.

Cerca del 20% del territorio de los Estados Unidos tiene enormes yacimientos de petróleo y gas no convencional. Por ejemplo, tan solo la Falla de Marcellus tiene 250 mil km2. ¿Qué faltaba? Una  nueva tecnología, que se obtiene en el 2005, que es una mezcla de procedimientos:

– Análisis sísmico avanzado que pueden alcanzar yacimiento hasta 3 kms. de profundidad.

– Perforación horizontal y perforación de ruptura hidráulica con la que se llega a uno y dos kilómetros de profundidad. Con esta tecnología se trituran las rocas esquistos e inyectándole agua, arena y químicos emerge el petróleo y gas no convencional que estaba atrapado por millones de años.

A partir del 2008, Estados Unidos, apenas en cuatro años, aumentó su producción en 1.2 millones de barriles de petróleo y 500,000 barriles de gas no convencional licuado. Esta situación, inesperada, evitó que el embargo de Irán no elevará los precios a más de 150 dólares el barril.

La producción de gas, fundamentalmente no convencional, se triplicó en cinco años, creando una abundancia creciente, reduciendo el precio de un MBTU de 11.40 a 3.75 dólares en tres años, un tercio del precio del gas en Europa y un cuarto en Japón, promoviendo variadas vías a la producción de petroquímicos, fertilizantes, plásticos, etc., e impulsará grandes exportaciones de gas licuado a partir del 2016.

Daniel Yergin, el experto en energía  más respetado del mundo, estima que, actualmente, la reserva de gas en Estados Unidos aumentó a 250 mil millones de millones de pies cúbicos, representando el uso pleno del gas por un mínimo de cien años con un efecto secundario extraordinario: el gas emite 30% de dióxido de carbono menos que el petróleo. La reserva de gas del Canada aumentó hasta llegar a 500 mil millones de millones de pies cúbicos.

Dos aspectos básicos para nuestro país:

El desbordamiento que se incrementará, notablemente, con las adicionales tecnologías de la producción de gas convencional y no convencional – por su bajo nivel de emisión de dióxido de carbono y bajos precios – conducirá a los países del mundo a aumentar, significativamente, el uso del gas convencional y el no convencional.

Cambios tecnológicos disruptivos, aquellos que destruye el modelo económico vigente, solo ocurrieron tres o cuatro veces en el siglo XIX: (el ferrocarril, telégrafo, etc.). En el siglo XX, estos cambios sucedieron cada 15 o 20 años: (carros, televisión, internet, etc.). En los últimos 15 años están apareciendo cada 3 o 4 años: (teléfonos inteligentes, tabletas, redes sociales, computación en la nube que duplica cada año la capacidad de almacenaje de datos en el mundo). Esta situación crea, continuamente, alternativas económicas inimaginables. Es por ello,  que nuestra clase dirigente tiene que conocer esos cambios para poder liderar los enormes procesos de adaptación que va a requerir el pueblo dominicano para lograr la prosperidad futura. 

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