En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
Primer Tiro

A pesar de los impactos recesivos del choque petrolero, la actividad económica sigue creciendo a ritmos todavía mayores que su potencial, pues las estimaciones disponibles sugieren que la tasa de crecimiento máxima de largo plazo (potencial) podría ser menor que el 8.2% registrado a septiembre. Es previsible que el ritmo de crecimiento se reduzca, pues se estaría entrando al final de un ciclo de crecimiento de doce trimestres consecutivos, en que una parte del crecimiento fue explicado por el consumo y otra por la inversión. Sin embargo, el hecho de que un crecimiento económico por encima del potencial haya sido no inflacionario indica que se estaría registrando un importante crecimiento en la productividad y en el esfuerzo laboral, pues el crecimiento de los ingresos por hora y de la cantidad de horas trabajadas en los sectores de mayor empleo así lo demuestra. Y además, parecería que esta es la única forma de explicar consistentemente un ciclo de crecimiento largo no fundamentado completamente en la inversión.

Segundo Tiro
Un ciclo de crecimiento no inflacionario y con entradas de capital más que suficiente para financiar el déficit corriente con el exterior produce las condiciones para el surgimiento de otro ciclo basado fundamentalmente en la inversión, pues los mayores ingresos, la menor pobreza, y un tipo de cambio alineado con los fundamentos reales, son condiciones necesarias para una aceleración de las inversiones. Un elemento que garantiza que el crecimiento se mantendrá, aunque a tasas menores que la potencial, es el hecho de que el déficit corriente con el exterior es totalmente sostenible, y que el superávit de la balanza de pagos ha permitido el crecimiento de las reservas internacionales, lo que garantiza que en el futuro no se producirá un movimiento brusco de la tasa de cambio para corregir un desequilibrio en el balance corriente con el exterior. No solamente se ha crecido sin distorsionar precios y sin producir déficit insostenible, sino que también se ha producido la acumulación de reservas necesarias para amortiguar el impacto de los choques negativos.

Tercer Tiro
Cifras preliminares a septiembre sitúan el superávit global de la balanza de pagos por encima de los 550 millones de dólares. No debe causar preocupación que algunos economistas y políticos interesados no quieran reconocer que estos resultados producen fuerzas que empujan la tasa de cambio hacia abajo. Pero como todo el mundo debería de entender que cuando la oferta es mayor que la demanda el precio tiene que bajar, lo que si resulta preocupante es que algunos dirigentes empresariales todavía estén planteando que es la política monetaria la que mantiene bajo el precio del dólar, y que hasta estén solicitando la intervención del Banco Central para que suba la tasa de cambio. Y preocupa, porque se supone que esos empresarios saben que la tasa de cambio no ha bajado más porque el Banco Central ha comprado parte del excedente de oferta que produce el superávit de la balanza de pagos. Se puede ver otras cosas donde solo hay molinos de viento, pero hay que mantener a salvo a la Dulcinea Cambiaria.

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