En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
El que un cuerpo se debilite por pérdida de parte de su energía cinética no significa que pierda capacidad de movimiento. La economía creció y parece que sigue creciendo, pero eso no significa que no ha sido impactada por el choque externo negativo. Es esa la razón por la cual el ritmo de crecimiento es inferior al potencial. Pero también es la razón por la cual es necesario mantener el estímulo monetario y la expansión fiscal anticíclica que durante el primer semestre contempla el Programa con el FMI. La aceleración del crecimiento todavía no se ha encontrado con el techo de la capacidad productiva. Aunque el déficit del sector público consolidado del año pasado estuvo dentro de lo estipulado en el Programa, el objetivo de lograr que baje 0.5% del PIB debería tomar en cuenta la susodicha debilidad, y sobre todo, la presión que la situación haitiana le coloca al gasto público. Pero no se puede perder la sostenibilidad de la deuda pública, pues es la que cura la anemia que produce la debilidad.

Segundo Tiro

Los ejecutores de la política comercial del Gobierno deberían estar muy pendientes de la intensidad y el carácter temporal del choque de demanda que representa la situación haitiana. Como no hay nada gratis, las mayores exportaciones de alimentos, tejidos y materiales de construcción se podrían traducir en presiones sobre los precios internos de estos productos, una vez agotada la capacidad productiva de estas industrias. Aunque sea muy intensa, la presión adicional puede ser temporal, pues la oferta haitiana se restauraría con la reparación de su infraestructura, y esa es una razón suficiente para que las autoridades agrícolas y comerciales flexibilicen las condiciones requeridas para autorizar importaciones de alimentos. Si se evita la presión inflacionaria temporal, si aumentan las entradas de capitales vinculados a nuevos negocios con el país limítrofe, y si como prevé el FMI, la situación de Haití produciría un aumento en las exportaciones netas, entonces la situación cambiaria mejoraría, lo que haría que baje el tipo de cambio o que aumenten las reservas internacionales.

Tercer Tiro

El Programa con el FMI contempla un crecimiento todavía por debajo del potencial. El déficit del sector publico consolidado se reduciría como consecuencia de la mejoría en los ingresos fiscales, una mayor eficiencia en las recaudaciones, una reducción del gasto en subsidios del Gobierno, y también por una reducción de los gastos financieros del Banco Central causada por la reducción de las tasas de interés de los instrumentos y títulos emitidos.  Dado el impacto positivo de la situación haitiana, y si los precios del petróleo se mantienen estables, el déficit corriente podría estar por debajo del 6% del PIB contemplado en el Programa, el cual podría ser inferior a las posibles entradas de capitales, produciéndose así un potencial superávit en la balanza de pagos externa del país. Si a todo lo anterior se agrega la decisión de eliminar fuerzas inflacionarias temporales, entonces no se puede esperar ninguna presión sobre el tipo de cambio, y el Banco Central tendría que comprar los excedentes de divisas que produciría el superávit, pues es la única forma de evitar que el mismo caiga, lo que evitaría que se recupere la vitalidad del mayor movimiento de las exportaciones. 

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