En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
A diferencia de un país del nunca jamás en el que nada crece ni cambia, las variables macro-económicas cambian para adaptarse a las nuevas situaciones externas e internas. Por eso, si existen vínculos entre el estatus del acuerdo con el FMI y el nivel de ajuste que requiere la demanda interna para adecuarse a un  entorno internacional más adverso, los mismos deberían ser la gradualidad y la intensidad de dicho ajuste. Pero podrían equivocarse quienes crean que las medidas de políticas macro-económicas que sean  necesarias para llegar al nivel de ajuste requerido serían retrasadas o disminuidas. Ya está demostrado que en el ámbito de las políticas monetarias se está bien adelante en ese sentido. Pero como la intensidad del choque externo no es la del año 2008, también podrían equivocarse quienes creen que las tasas de interés subirían hasta niveles extremos, pues esas mismas políticas también deben evitar una depresión del consumo y la inversión privada. La condición del acuerdo con el FMI no retrasan las  medidas necesarias para el ajuste.

Segundo Tiro

El mensaje de la Gobernación del Banco Central ha sido claro: no debe esperarse que las medidas de política macro-económica sean más severas de lo que se necesita para lograr la adecuación del ajuste de la demanda interna a la intensidad y magnitud del choque externo. Pero podrían estar equivocados los asesores internacionales y algunos economistas locales de la izquierda inexistente que creen que no es necesario el ajuste a través de las tasas de interés, pues si el ritmo de crecimiento es mayor que el potencial, la demanda interna (consumo e inversión privada más el gasto público) tiene que descender hasta los niveles que la hagan compatible con el nuevo y mayor déficit externo. Aunque el crecimiento también debe adaptarse a la capacidad potencial, la inversión total no puede dejar de crecer a la velocidad requerida para al menos mantener constante la relación entre el capital y el trabajo, pues hay que tener en cuenta que al final la misma inversión genera los niveles de ahorro requerido para autofinanciarse.

Tercer Tiro

Aunque este no sea el país de la leyenda, a diferencia de lo que creen algunos asesores internacionales, nunca jamás los aumentos recientes de la tasa de interés de política monetaria podrían ser contradictorios con la amortiguación cambiaria que requiere el choque externo. Los oráculos externos han planteado que la política monetaria no debe reaccionar al choque externo, y que es la política fiscal la que debe responder con una reducción proporcional en el gasto. Pero se olvidan que una devaluación anualizada de casi un 5% aumenta la competitividad en una proporción mayor, pues hay que sumar la revaluación que están experimentando muchas de las monedas de los países que compiten con las exportaciones nacionales. Tampoco toman en cuenta que si el gasto relevante del Gobierno Central se reduce en una magnitud que produzca riesgos de contracción, habría que esperar alguna reacción en el campo de la política monetaria, pues ella puede influir sobre la demanda interna sin producir apreciación del tipo de cambio. Llegar al nivel adecuado de ajuste, con un crecimiento que no produzca desempleo, es el movimiento requerido, sin nunca jamás perder el control de la inflación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas