ROLANDO REYES
Primer Tiro
La aceleración del crecimiento de los precios del petróleo y de los alimentos, las fuertes  turbulencias que se sienten en los mercados financieros internacionales, y la desaceleración e inminente amenaza de recesión de la economía norteamericana, constituyen el núcleo del fuerte choque externo negativo a que está sometida la economía dominicana.

Al fuerte deterioro de los términos de intercambio que significa el crecimiento en los precios de las importaciones hay que sumarle la posibilidad de un estancamiento en los ingresos por remesas provenientes de los Estados Unidos. Para enfrentar esta situación se requiere el diseño de un Programa macro-económico de mediano plazo, orientado a lograr un ajuste no traumático de las cuentas externas, que asegure que el déficit que produce el choque exógeno negativo pueda ser financiado a través de las cuentas de capitales. Esa es una de las condiciones necesarias para mantener el control de la inflación y preservar la estabilidad macro-económica.

Segundo Tiro
Otro objetivo de un Programa de mediano plazo debería ser la obtención de un fuerte superávit fiscal que aumente la sostenibilidad de la deuda pública total, combinado con una política de gasto orientada a incrementar sustancialmente la focalización del gasto social, sobre todo el de los subsidios. La política monetaria podría tener que orientarse a mantener tasas de interés en niveles que aseguren que el gasto privado en consumo e inversión sean coherente con un déficit de cuenta corriente financiable, manteniendo los márgenes requeridos para un mayor rendimiento relativo de las inversiones en moneda nacional.

Es en ese contexto que hay que evaluar las últimas modificaciones a las tasas de interés de la política monetaria del Banco Central, y las señales resultantes en las últimas operaciones de mercado abierto de dicha institución.

De esta forma también debe interpretarse la decisión de vender cien millones de dólares de las reservas, medida que modera el gasto interno a través de la reducción de la liquidez y amortigua el impacto del choque externo en los precios internos.

Tercer Tiro
El deterioro de los términos de intercambio y las turbulencias financieras internacionales convierten el reto de preservar la estabilidad macro-económica en una tarea ciclópea de fina precisión.

 El diseño de la política fiscal y monetaria de un Programa a ser aplicado en el próximo periodo de Gobierno requeriría de estimaciones y cuantificaciones casi milimétricas. La ejecución, seguimiento y evaluación de esas políticas es otra megatarea, pues no solamente hay que diseñar las políticas correctas, sino que hay que aplicarlas correctamente.

La nave de la estabilidad macro-económica navega en mares turbulentos. Pero así como es importante que la nave esté bien diseñada y construida, así también lo es la experiencia de la tripulación que la conducirá. Y si los ocupantes no confían en la experiencia, conocimiento, destrezas y habilidades del capitán y su tripulación, no hay ninguna seguridad que  llegue a puerto seguro.