En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
En el mes de enero el Banco Central de Chile subió su tasa de interés de 6% a 6.25%, y en junio la subió nuevamente a 6.75%. También en enero el de Perú la aumentó de 5% a 5.25%, en marzo aumentó la tasa del encaje legal de 7% a 8% y también aumentó el encaje marginal del 15% al 20%, en abril subió nuevamente la tasa de interés a 5.50% y en junio la llevó a 5.75%.

Entre noviembre del año pasado y marzo del presente año el Banco Central de Guatemala subió su tasa de interés de 6% a 6.75%, y el de México la llevó de 7% a 7.75% en un periodo de ocho meses.

En tan solo dos meses el de Uruguay llevó su tasa de interés de 5% a 7.25%, y acaba de elevar la tasa del encaje legal de 17% al 25%. Entre mayo y junio el de Costa Rica elevó su tasa de interés de 3% a 8%, y entre octubre y junio el de Honduras la aumentó de 6.25% a 8.50%. La conclusión es simple: la política monetaria local todavía es floja comparada con las de algunos países de la región.

Segundo Tiro
Ya hay un consenso respecto a la necesidad de disminuir el gasto y aumentar el ahorro del sector público y el privado, pues esa es la forma más inmediata de enfrentar el déficit externo.

El instrumento más tradicional con que se logra reducir el gasto y aumentar el ahorro es el de las tasas de interés, y ese es precisamente el que están usando todos los países que están viendo crecer sus déficit con el exterior. Pero el efecto del aumento de tasas de interés sobre el gasto privado se produce con rezago, y ante el retraso observado en la reducción del gasto y el aumento del ahorro del Gobierno, y con un crédito bancario creciendo al 23%, se hacía necesario una medida temporal que enfriara el acelerado crecimiento del crédito.

El disponer que el 2% del encaje que mantenían las entidades financieras sea también depositado en el Banco Central es una medida temporal que busca acelerar el impacto de la política monetaria en la reducción del gasto, sin que aumente el costo de los intermediarios financieros.

Tercer Tiro
Para medir el capital del Banco Central hay que tener muy en cuenta que las pérdidas no disminuyen el monto del mismo, pues hasta la emisión de los bonos de la capitalización, dichas pérdidas eran reconocidas por el Gobierno y registradas como cuentas por recibir.

Con la capitalización, en vez de cuentas por recibir, el Banco Central registra bonos que devengan intereses.

Pero el registro de las cuentas por recibir no se traducía en disminución del capital, pues el auditor externo reconoce el monto de las mismas por el valor reconocido por el deudor.

Como los intereses se han pagado sin recibir los ingresos equivalentes a las pérdidas de cada ejercicio, los certificados tienen que crecer por lo menos en cuantía igual a dichos intereses.

Por tanto, ni el capital del Banco Central es negativo, ni con la emisión de certificados se sustituye emisión monetaria previa, tal y como erróneamente plantea el documento del CONEP.

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