En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
Primer Tiro
La gran depreciación que había acumulado el peso dominicano y la fuerte credibilidad de las nuevas autoridades monetarias le permitieron al Banco Central evadir el problema de la trinidad imposible, el cual plantea que en una situación de fuertes entradas de capitales, no se puede mantener simultáneamente la estabilidad cambiaria y el control de la inflación.

Mediante intervenciones estratégicas en el mercado cambiario, el Banco Central logró frenar la caída del tipo de cambio, sin aumentar más de la cuenta la cantidad de dinero en la economía, aumentando de manera significativa el monto de las reservas internacionales y disminuyendo el costo de la política monetaria. El superávit fiscal del Gobierno y una situación bien sostenible y manejable de cuenta corriente externa facilitaron el tránsito por un camino distinto al señalado por la trinidad Haussmaniana. Pero mayores precios del petróleo, menores tasas de interés internacional y posible déficit fiscal, plantean un nuevo escenario.

Segundo Tiro
El Banco Central debería seguir aumentando el monto de las reservas internacionales, pero la situación externa le plantea un nuevo trilema a la política monetaria: Aunque los beneficios de más reservas todavía son muy altos, la caída de las tasas de interés en dólares ha aumentado el costo de mantener las mismas en esa divisa, provocando un aumento exógeno en el costo de la política monetaria, y aunque el crecimiento del turismo y las remesas puedan compensar el impacto del choque petrolero, la caída en la tasa de interés en dólares y las expectativas de mantenimiento de la estabilidad macro-económica podrían detonar un crecimiento en las entradas de capitales. Hasta el posible déficit fiscal podría financiarse externamente.  El déficit en la cuenta corriente permanecería, pero aumentaría el superávit en la de capital. Pero Banco Central tendría que salir a comprar dólares para no permitir una caída de la tasa de cambio y una apreciación real del peso dominicano. Más reservas y estabilidad cambiaria, pero con mayor costo de la política monetaria: he ahí el nuevo trilema.

Tercer Tiro
En el escenario anterior el Banco Central decidiría acumular más reservas, pues los beneficios de la estabilidad cambiaria y de una mayor protección contra nuevos choques externos serían mayores que el incremento en el costo de la política monetaria.

Pero es deseable que los economistas, dirigentes políticos y empresariales entiendan que el aumento del precio del petróleo (producto principalmente de la apreciación del euro, a su vez producto de la caída de la tasa de interés en dólares, y su vez producto de la crisis crediticia en Estados Unidos)  viene acompañado de una situación externa que en vez de colocar presión alcista en la tasa de cambio, produce todo lo contrario, pues ahora los beneficios de invertir en pesos son mucho mayores que invertir en dólares.

También sería conveniente que los agentes del mercado cambiario mantengan un seguimiento continuo a la situación, no creando expectativas adelantadas y desacopladas de los factores fundamentales, pues como en la Santísima Trinidad, el Banco Central, el mercado y el sector externo actuarán como si fueran un solo ente.

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