En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
Primer Tiro

Se fortalece la onda expansiva del choque petrolero. Y hay dos factores que la fortalecen: La búsqueda de maximización de ganancias de los capitales financieros internacionales y los esfuerzos por neutralizar el impacto recesivo de la crisis del mercado inmobiliario en Estados Unidos, lo cual ya condujo a una reducción de la tasa de interés en ese país. Cuando baja la tasa de interés, aumenta la demanda del petróleo, el cual se convierte en un activo que puede tener precios mayores en el futuro.

Y como la menor tasa de interés aumenta la demanda agregada (incluyendo la de combustibles), se tiene un doble motivo para especular con el petróleo. El resultado es uno, e incontrovertible: los países importadores netos de combustibles son los que pagan el precio del ajuste de los mercados de activos y de la reacción de la tasa de interés. Paradójicamente, el gran déficit externo de los Estados Unidos es un factor atenuante, pues la corrección del mismo está produciendo una devaluación del dólar, lo que a su vez contribuiría a reducir su demanda de combustibles y otros bienes importados.

Segundo Tiro

La devaluación del dólar norteamericano produce un aumento de las exportaciones de esa nación, pero la disminución de la tasa de interés incentiva el gasto y las importaciones. Y eso se explica porque esa economía necesita corregir su gran déficit externo, y al mismo tiempo, necesita eliminar el impacto negativo que en el consumo tiene la crisis de las hipotecas. Si el crecimiento en Estados Unidos se mantiene o se acelera a través de un aumento de sus exportaciones, y si la reducción de la tasa de interés contrarresta el efecto hacia abajo del consumo que produce la reducción del precio de los activos inmobiliarios, entonces los riesgos de una disminución importada del ritmo de crecimiento de la economía dominicana serían muy reducidos. En el peor de los casos, los ingresos del turismo se mantendrían en sus niveles actuales y las remesas seguirían creciendo a su ritmo histórico.

Tercer Tiro

La apreciación del euro y una permanencia del crecimiento en Estados Unidos podrían mantener el flujo de capitales hacia el país. Por tanto, a pesar de los aumentos de los precios del petróleo, el superávit de la cuenta de capital podría mantenerse, e inclusive aumentar. El Banco Mundial está alertando sobre la posibilidad de un aumento de las entradas de capital hacia los mercados emergentes de la región. Pero la amortiguación del choque petrolero y la sostenibilidad del balance corriente con el exterior requieren que se reduzca el gasto interno, y para tales fines el Gobierno está haciendo y debe esperarse que siga haciendo su papel de mantener el superávit presupuestario. Los datos publicados por Hacienda así lo demuestran. El consumo privado debe ajustarse a través del mecanismo de los precios. Imponer racionamiento al consumo de gasolina y gasoil, manteniendo el subsidio al GLP, empeoraría las cuentas fiscales del Gobierno, pues disminuirán los ingresos y aumentaría el gasto en subsidios. Sería como repetir la historia de Chacumbele.

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