En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
Pasar de la teoría a la práctica de la política económica es como cruzar una cuerda floja colocada a gran altura de un piso de concreto: un paso en falso sería catastrófico. Independientemente de cual sea la orientación teórica, las restricciones del mundo real pueden invalidar algunos de los supuestos básicos del modelo de política a ser utilizado. Como resultado de los estímulos fiscales y monetarios que se aplicaron en el primer semestre, la economía estaba creciendo a un ritmo cercano al potencial. Pero la intensificación del choque externo negativo y las restricciones internas al aumento de la producción impusieran el retiro de dichos estímulos, pues su permanencia hubiese producido presiones inflacionarias intolerables. Retirar el incentivo monetario implicaba aumentar las tasas de interés de política, pues estos aumentos se transmiten a las demás tasas del mercado, lo que según la teoría, debería reducir el consumo y la inversión privada. Las evidencias empíricas demuestran que este enfoque ha sido correcto, pues las presiones inflacionarias están cediendo y el ritmo de crecimiento se está ajustando a las nuevas restricciones macroeconómicas.

Segundo Tiro

El retiro del estimulo fiscal implica reducir uno de los principales componentes del gasto autónomo (el que no depende del ingreso, como el consumo mínimo, el gasto público y las exportaciones). Pero sus impactos en el crecimiento y el empleo dependen de muchos factores. Con plena utilización de la capacidad instalada, inflación acelerándose y precios de las importaciones subiendo, una reducción temporal del gasto público primero incidiría sobre la inflación y el déficit corriente externo de manera rápida, y solo su permanencia en el tiempo produciría impactos en el crecimiento y el empleo. Los defensores de una política macroeconómica de pleno empleo parecen preocupados por la posibilidad de un sobre ajuste, pues piensan que a los efectos de la reducción del gasto público habría que sumarle el que produce el incremento de la tasa de interés, lo que aumentaría las posibilidades de un mayor desempleo. Pero aunque el costo del ajuste es inevitable, un daño significativo al crecimiento y el empleo podrían estar muy lejos de ser inminente.

Tercer Tiro

La deuda pública y el saldo de la balanza de pagos pueden actuar como restricciones internas y externas al crecimiento. La política macroeconómica contra cíclica requiere de espacio y flexibilidad en dichas restricciones, y tal política se pudo aplicar durante el año pasado porque esas condiciones existían. El coeficiente de deuda pública se colocará en una trayectoria descendente a partir de este año, con lo que se iniciará la recuperación del espacio fiscal utilizado durante el año pasado. Dada su alta propensión a importar, la moderación del consumo privado mejoraría el saldo de la cuenta corriente externa. Adaptar el crecimiento y el empleo hasta el nivel que lo permitan las restricciones es el reto de las autoridades, y el enfoque de política que luce más apropiado,  pues más es tan peligroso como menos. Llegar hasta el otro lado de la cuerda es difícil, pero no imposible, pues el buen uso de los instrumentos disponibles aseguran el equilibrio requerido durante el trayecto.

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