En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
Primer Tiro
El 6 de mayo en esta columna se publicó lo siguiente: “Inversionistas, ahorrantes y empresarios con activos y pasivos en dólares, y todos los que quieren preservar el valor de su riqueza financiera deben estar analizando las perspectivas a corto plazo de la tasa de cambio. El diferencial de tasa de interés local con respecto a la internacional es mucho más alto del que se requiere para compensar el riesgo país.

Un resultado electoral en la primera ronda podría ser el detonante de un proceso de entrada de capitales propiedad de inversionistas extranjeros que están esperando una señal de que habría continuidad en la coherencia y consistencia de la política actual. Si el Banco Central decidiese no comprar todo el exceso de oferta que presentaría el mercado, la tasa de cambio podría registrar un importante descenso”. Después de las elecciones la tasa de cambio se ha mantenido completamente estable, y ha aumentado la cantidad de inversionistas que exploran el mercado doméstico. El escenario sigue vigente.

Segundo Tiro
Como todos los países sometidos a un fuerte deterioro de sus términos de intercambio (aumento del precio de las importaciones sin que aumente el de las exportaciones), la inflación y el déficit corriente con el exterior están aumentando. Sin embargo, cifras preliminares de la balanza de pagos del primer trimestre del año en curso indican que la inversión extranjera está aumentando a una de las tasas más altas de toda la historia.

La posición de reservas internacionales del Banco Central es holgada, y  el tipo de cambio se mantiene en la frontera de la paridad de equilibrio. Por tanto, quienes quieren ver un ajuste solo a través de un aumento del tipo de cambio no están tomando en cuenta que la afluencia de capitales podría colocar al Banco Central en una situación de tener que luchar contra la apreciación cambiaria y enfrentar el problema de la trinidad imposible: mantener un tipo de cambio competitivo, controlar la inflación de origen interno y lograr que la cantidad de dinero en circulación responda a la demanda de la economía.

Tercer Tiro
Los que tuvieron que abandonar la campaña partidaria y han retomado la de sembrar desconfianza y expectativas negativas sobre el futuro económico de la nación tampoco están tomando en cuenta que gran parte del ajuste macro-económico requerido se tiene que producir  a través de los precios internos, pues la teoría predice que mayores precios conducen a menor consumo. También  deberían tomar en cuenta que ya los mercados están incorporando a sus decisiones el inevitable ajuste fiscal que deberá producir una disminución del gasto y un importante ahorro público.

Pero mientras persista el choque externo y no explote la burbuja de los precios del petróleo y de los alimentos, ese ajuste tendrá un costo en términos de reducción del ritmo de crecimiento de la economía. Preparar a la nación para que entienda y acepte el costo del ajuste es una tarea que ya debería haber iniciado el Gobierno. Mientras tanto, la población ya sabe que no tiene nada de encanto el canto de sirena, y que las aves de agoreras ahora vuelan más bajo que nunca.

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