En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
Como en la mitología,  Sísifo ataca y resbala de nuevo, pues está condenado a fracasar eternamente en cada uno de sus intentos de producir el descrédito de la política macro-económica. Ahora carga con la pesada roca de la estabilidad cambiaria, la que pretende explicar como efecto del dinero sucio del narcotráfico. Independientemente de la validez de las estimaciones de la cantidad de drogas que transita por los países incluidos en los reportes del Departamento de Estado, y aún de las estimaciones de los precios de venta al por menor de la misma, quizás no debería dudarse que atreverse a ofrecer una estimación de la cantidad de dinero que entra a la economía a través del narcotráfico constituye un ejercicio muy arriesgado. Independientemente del riesgo de tal planteamiento, no es difícil demostrar la inconsistencia de sus resultados, empezando por la doble contabilidad, pues el cálculo se aplica al lavado de activos y al dinero del narcotráfico, cuando el último está incluido en el primero.

Segundo Tiro

Como Sísifo, que no evalúa lo pesado de la carga ni lo empinado del camino, el escribano tampoco toma en cuenta las relaciones de las transacciones económicas del narcotráfico con las registradas en la balanza de pagos, que es el registro coherente y sistemático de las transacciones que los residentes de un país realizan con el exterior. La cobertura del registro de las transacciones corriente y de capital depende de que los residentes y los extranjeros las declaren o las reporten. Una importación o exportación no registrada, o una entrada o salida de capital no declarada, no aparecerán en las cuentas correspondientes, pero sí tienen efecto en la disponibilidad y el uso de las divisas. Por eso, si el dinero del narcotráfico entra a la economía, tiene que dejar algún rastro, y en alguna parte de la balanza de pagos quedara huella de su ingreso. Como Sísifo, que empieza a subir pero tiene que bajar, el dinero sucio que entra tiene que salir, o tiene que quedarse depositado en una cuenta o en un activo.

Tercer Tiro

La cuenta errores y omisiones netos recoge los efectos de las transacciones no declaradas o no reportadas. Estos “son causados por la imperfección de los datos fuente y métodos de recopilación y procesamiento, y éstos constituyen una característica habitual de las cuentas internacionales y otras estadísticas” (FMI, MBP5). Si el narcotráfico y el lavado de activos produjeran una entrada de capitales de US$ 1,645 millones al año, es casi seguro que la cuenta de errores y omisiones siempre presentaría saldos positivos, pues la subvaluación de importaciones y otras salidas de capital nunca llegaría a dicha cifra. Asumiendo que las salidas  no reportadas fueran el 50% del valor anterior, entonces en los cinco años comprendidos en el periodo 2004-2009, la cuenta errores y omisiones debió acumular un saldo positivo de US$ 4,112.5 millones. Pero lo registrado fue un negativo de US$ 155 millones, para una diferencia total de US$ 4,267.5 millones en el periodo, o  US$ 853.5 millones al año, una cifra muy densa para la espalda de Sísifo, tan densa que lo hace tambalear apenas iniciando el camino.

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