En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
Sería conveniente que algunos economistas y escribidores financieros se detuvieran a identificar las operaciones que pueden causar un aumento en las reservas internacionales del Banco Central. Los desembolsos de préstamos externos, la compra de divisas o de activos líquidos en moneda extranjera, los ingresos que producen las inversiones de las reservas, o cualquier transacción que disminuya el pasivo externo de corto plazo, son algunas de las operaciones que pueden producir aumentos en las reservas internacionales. En un mercado cambiario completamente libre, los intermediarios pueden realizar operaciones que involucren la liquidación de activos y pasivos en moneda extranjera, y también de compra y venta de divisas  al Banco Central, lo que también afecta el monto de sus reservas. Los activos y pasivos de los intermediarios cambiarios también pueden variar por múltiples razones. Pero solo cuando estos vendan dólares u otros activos en dicha moneda al Banco Central, es cuando se registraría simultáneamente un aumento en las reservas internacionales y una disminución de su posición (activos menos pasivos) en moneda extranjera.

Segundo Tiro

Economistas y escribidores deberían saber que la posición en moneda extranjera es determinada básicamente por la necesidad de la cobertura del riesgo cambiario, y que como lo normal es que un intermediario financiero tienda a evitar dicho riesgo, se debería esperar que en promedio los activos y pasivos en moneda extranjera tiendan a igualarse. Las evidencias empíricas apoyan de manera contundente este planteamiento: cuando se analizan las tendencias mensuales de los valores de activos y pasivos en moneda extranjera de  los intermediarios financieros se obtienen pequeñas fluctuaciones negativas y positivas, y sus valores promedios no son estadísticamente diferente de cero. La conclusión es simple y sencilla: es absurdo el planteamiento de que una pequeña variación negativa en la posición en moneda extranjera de los bancos signifique que los mismos estarían esperando una apreciación de la moneda nacional. ¿Cómo es posible que un cambio de una posición positiva de un 4.6% del activo en abril a una negativa de un 2.8% en junio induzca a escribidores y economistas a creer que en este último mes se estaba esperando una apreciación cambiaria?

Tercer Tiro

Economista y escribidores deberían divulgar la nueva teoría que liga la participación de mercado de los agentes cambiarios con los cambios en las reservas internacionales del Banco Central, con la posición de activos y pasivos en moneda extranjera de los intermediarios financieros, y con el tipo de cambio esperado por estos. ¿Cuál es la relación entre un aumento en la participación de mercado de los agentes de cambio, las reservas y la posición en moneda extranjera de los intermediarios financieros? ¿Cuál es la fuente estadística que establece los supuestos cambios bruscos en la participación de mercado de estas entidades? ¿Acaso no se constató que los datos disponibles reflejan que en el 2010 la participación de los agentes de cambios en el total de las “ventas netas” fue de un 7.2%, y que en los primeros siete meses del 2011 apenas aumentó a un 8.3%? ¿Cómo es que un escribidor puede saber algo de un mercado libre que desconocen todos los demás participantes en dicho mercado?. ¿No serán estas las incógnitas que subyacen en las intenciones de la verdadera ecuación no revelada? ¿Será verdad que hay quienes  lo saben?

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