En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
PRIMER TIRO

El Banco Central ha logrado alcanzar en siete ocasiones de manera consecutiva, y con holgura, la meta indicativa del tope trimestral a la base monetaria contenida en el Programa con el FMI.

Ha conseguido inyectar toda la liquidez demandada por el proceso de recuperación y crecimiento de la economía, y también de manera consecutiva, pudo mantener reservas internacionales por encima de las metas trimestrales estipuladas en dicho Programa, lo cual ha ocurrido en un ambiente de estabilidad del tipo de cambio.

Sorprendentemente para muchos, se ha logrado mantener el control de la base monetaria y se ha evitado una apreciación de la moneda nacional. Sin embargo, este fenómeno no representa una inefable violación a la ley de la Trinidad Imposible, la cual plantea que cuando existe libre entrada y salida de capitales, no se puede evitar el crecimiento de la base monetaria y al mismo tiempo impedir una reducción del tipo de cambio, ya que uno de esos eventos debe ocurrir cuando la recuperación del crecimiento y la estabilidad producen significativos influjos de capitales.

SEGUNDO TIRO
Una economía en crecimiento demandando mayores niveles de liquidez, el establecimiento de un tope a la base monetaria en consonancia con dicho proceso, expectativas de estabilidad macroeconómica muy bien ancladas, y una alta reputación de la autoridad monetaria, son los elementos que permiten explicar cómo el Banco Central ha logrado mantener la base monetaria dentro de los limites fijados por el Acuerdo, y ha evitado una apreciación violenta del tipo de cambio, aun en una situación de libre movimiento de capitales.

A pesar de la movilidad y la libre convertibilidad de la moneda nacional, el esfuerzo del Banco Central ha logrado mantener el tipo de cambio en la frontera de su valor de equilibrio de largo plazo. Creemos que se han presentado estadísticas más que suficientes para avalar analíticamente el planteamiento de que el tipo de cambio no tiene una sobre valuación que esté perjudicando a los exportadores, o que esté distorsionando el sistema de precios relativos de la economía.

TERCER TIRO
Los hombres y mujeres que formamos parte de la actual gestión del Banco Central no tenemos miedo a cualquier circunstancia en que se deban tomar las decisiones de política monetaria.

No tenemos miedo porque nunca antes en tan poco tiempo el Banco Central había logrado acumular niveles de reservas internacionales liquidas como los que exhibe actualmente. No tenemos miedo porque los procesos seguidos para la preparación y divulgación de las estadísticas están documentados y son verificables. No tenemos miedo porque las operaciones de ejecución de la política monetaria quedan registradas en los estados financieros, los cuales son auditados y publicados. No tenemos miedo porque siempre hemos aplicado los principios de transparencia y rendición de cuentas.

No tenemos miedo porque sabemos que los mercados no cometen errores de manera sistemática, y saben diferenciar los planteamientos puramente partidarios de los que no lo son. Porque el mismo no proviene de Dios (aunque es un sentimiento humano), no tenemos miedo, no hemos tenido miedo, y esperamos no tener miedo.

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