En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
PRIMER TIRO

¿Deben el Banco Central y el Gobierno sentirse orgullosos por el cumplimiento de los objetivos acordados con el FMI?. Si se toma en cuenta que el Programa de dicho acuerdo es diseñado, asumido y negociado por el Gobierno y el Banco Central, y que la gestión anterior fracasó varias veces en sus intentos de lograr los objetivos de un acuerdo similar, entonces la respuesta podría ser afirmativa.

 El Banco Central no se «vanagloria» por estar cumpliendo con la parte que le corresponde del acuerdo, pero quizás sienta la satisfacción de haber contribuido con el alcance de sus metas, sin dejar de reconocer que la recuperación de la estabilidad requiere de esfuerzos y sacrificios, y que sus frutos no se cosechan todos de manera inmediata. Sí hay que lamentar algunas reacciones que rayan casi en lo irracional, como es el caso de negar la veracidad del logro de los objetivos. Es como si militancia fuera equivalente a extravagancia.

SEGUNDO TIRO
No se puede desligar el análisis de la pobreza de los niveles de ingresos de los ocupados. Es muy arriesgado el planteamiento de que la pobreza no se reduce creando empleos en el sector informal.

Es cierto que el 56% de los ocupados está en el sector informal. Pero si tomamos en cuenta que según el Banco Mundial, el 64% de este segmento de la población ocupada tiene ingresos por encima del nivel de pobreza, entonces se concluye que de cada 1,000 nuevos ocupados, 560 se colocan en el sector informal, y que de estos últimos, 358 logran generar ingresos por encima del nivel de pobreza. Esto ayuda a explicar la reducción registrada en este flagelo social, a pesar de la alta incidencia del sector informal y de los grandes sacrificios del acuerdo con el FMI.

TERCER TIRO
Con el perdón de los lectores, y reiterándoles el debido respeto, transcribiremos algunos párrafos de los tiros del pasado 3 de julio del año en curso:

«El Presidente de la República, el equipo económico y las demás autoridades deberán decidir si continúan con el Programa económico que se ejecuta y el tipo de vinculación que se tendría con el FMI. Sin FMI, la continuidad de las políticas económicas del Programa debería convencer a los mercados de que la capacidad de aplicar políticas para alcanzar metas específicas durante el próximo año queda intacta». «Aunque los mercados pueden convencerse de que esta capacidad se mantiene inalterada, también hay que convencerlos de que la disciplina fiscal resistirá las presiones propias de una campaña electoral. Pero si la oferta es el mantenimiento de la estabilidad macro-económica y de un crecimiento vigoroso, y si la argumentación se basa en los resultados, las posibilidades de una desvinculación no traumática con el FMI serían muy altas».»El activo más valioso que tiene y que puede ofertar el Gobierno es el mantenimiento de la estabilidad y el crecimiento. Los economistas y políticos adversarios lo saben, y por eso temen a ese argumento igual que luzbel teme a la Cruz».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas