En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
PRIMER TIRO
Son muchas las condiciones que deben cumplirse para que el crecimiento económico se traduzca en crecimiento de los ingresos disponibles y aumento de bienestar de toda la población. Es mucha la tinta que han gastado los economistas teóricos buscando los nexos entre crecimiento, bienestar y distribución del ingreso. En los años ochenta y noventa hubo un alto grado de consenso alrededor de la teoría del «derrame», según la cual, con el tiempo, todo crecimiento llegaría a los grupos poblacionales de menores ingresos.

Hoy día se acepta que un crecimiento robusto y sostenido es una condición necesaria, aunque no suficiente, para reducir la pobreza. También se acepta que una política de equilibrio macroeconómico es una condición previa al inicio del proceso de crecimiento. Todavía los dominicanos no hemos logrado alcanzar un acuerdo social para aplicar estos sencillos y simples principios de política pública.

SEGUNDO TIRO
Once trimestres consecutivos de alto crecimiento y estabilidad macroeconómica tienen que haber producido frutos importantes en el terreno del bienestar y el aumento de los ingresos de los más pobres. Pero a pesar de tres reformas tributarias centradas en los impuestos al consumo y a los ingresos, y a una alta concentración de la riqueza y del mismo ingreso en los sectores formales de alta productividad, los resultados de las encuestas muestran que la pobreza se ha reducido en siete puntos porcentuales durante ese período.

 Lo que eso significa es que los beneficios del crecimiento están llegando a los más pobres de los pobres. Si hemos mejorado o no habría que preguntarlo a los trabajadores que ahora tienen un ingreso por encima del nivel de pobreza, y aunque algunos de ellos viven en barrios de la Capital, no pueden tener acceso a los medios en que algunos economistas, periodistas y políticos se empeñan en negar los resultados positivos del crecimiento de la economía.

TERCER TIRO
No todos reciben los beneficios del crecimiento de la misma manera, pues el ingreso está mal distribuido y parte del mismo se genera en los sectores en los que está altamente concentrado. Pero sí todos están recibiendo los beneficios de la estabilidad macroeconómica, pues la mayor predictibilidad del proceso económico permite que tanto consumidores como inversionistas puedan planificar y analizar las consecuencias de sus decisiones.

 Es esta característica la que permite que aumente la inversión en nuevos negocios y ampliación de los actuales, permitiendo a su vez que aumente el empleo y los ingresos, y se reduzca la pobreza. Las estadísticas y los resultados de las encuestas muestran de manera contundente que este efecto se está registrando, pero no se puede esperar que dos años y medio sea tiempo suficiente para acabar con toda la pobreza, como tampoco se puede esperar que las 345,777 personas que han obtenido empleo lo digan públicamente. Lo que sí esperamos es que el debate se fundamente más en datos y hechos, y menos en apreciaciones, ofensas personales y descalificaciones gratuitas, y que todos entendamos que sin crecimiento robusto y sostenible no saldremos nunca de la pobreza.

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