En la Diana

En la Diana

ROLANDO REYES
Primer Tiro

Quién cometió el Pecado Original de devolver de manera irreflexiva (igual que al inicio se repartió el fruto prohibido por las reglas de la Prudencia Divina), indiscriminada y en efectivo todos los depósitos de los bancos quebrados por sus propios ejecutivos y accionistas?

¿Quiénes colectivizaron las consecuencias de su pecado y crearon el problema del déficit cuasi fiscal del Banco Central, comprometiendo cuantiosos recursos fiscales que deberán ser pagados por las actuales y futuras generaciones? ¿Quiénes tomaron las decisiones que iniciaron el crecimiento de los certificados del Banco Central, devolviendo incluso los grandes depósitos colocados en bancos fuera del territorio nacional? ¿Quiénes fueron culpables de la pérdida de credibilidad de la política monetaria, y de que se tuviera que pagar intereses muy por encima de lo normal para neutralizar solo una parte de los gastos de unos certificados que al inicio crecieron como bola de nieve? Muchas preguntas, pero una sola respuesta simple y sencilla: La gestión anterior y quienes dirigían la política monetaria.

Segundo Tiro

¿Qué habría pasado si la gestión anterior estuviera al frente de la política monetaria, si no se hubiese producido el choque de expectativas positivas y hubiese continuado el flujo de exceso de liquidez estructural que existía en la economía al inicio del  presente período? ¿Qué habría pasado si no se hubiese logrado detener el proceso de la inercia inflacionaria y la permanente devaluación del peso dominicano, llevando a los ahorrantes a dolarizar sus ahorros o a exigir altísimas tasas de interés para mantenerlos en pesos? Qué habría pasado si la tasa de interés de las subastas de certificados del Banco Central hubiese permanecido en la vecindad del 60% anual en que estuvo al final de la gestión anterior? El mismo Dante estaría preparando las puertas del infierno, pues el balance neto de los certificados superaría en más de 60 mil millones de pesos al monto existente a la fecha, y la flamígera inflación estuviera calcinando a una población inocente.

Tercer Tiro

¿Por qué los economistas que hoy también son dirigentes políticos y que en la gestión anterior fueron funcionarios y asesores se esfuerzan en culpar a las autoridades actuales del aumento registrado en el balance de los certificados del Banco Central? ¿Por qué no quieren reconocer que será necesario esperar quince años para remediar los daños causados por sus decisiones? ¿Por qué no quieren admitir que será necesario pagar hasta el 1.7% del PIB como costo para lograr redimir a la población de las consecuencias de su Pecado Original? ¿Por qué no quieren admitir que esta gestión logró desactivar la bomba de tiempo de los certificados y parar la bola de nieve de los intereses que generan, mediante una adecuada estrategia de política monetaria y un Plan Integral para aumentar ingresos y reducir gastos cuasifiscales? La respuesta es también simple: saben que es posible que muy pronto la población decida renovarle la condena de permanecer en el Purgatorio. Pero se seguirán sintiendo, pues allí todo es grito y rechinar de dientes.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas