En la diana

En la diana

[b]Primer tiro[/b]

Las autoridades monetarias y el Gobierno tienen pendiente una tarea cuya importancia probablemente no han percibido: Convencer a los agentes económicos de que una derrota electoral no cambiará el marco de políticas monetarias y fiscales que impone el cumplimiento del acuerdo con el FMI. Son muchos los ahorradores e inversionistas que están percibiendo un aumento de la incertidumbre con la cercanía del proceso electoral y sus resultados. Es esta incertidumbre la que podría estar determinando que a pesar de la vigencia del acuerdo con el FMI, aun persistan expectativas negativas, las cuales constituyen el único factor que puede explicar el aumento del tipo de cambio registrado durante las ultimas semanas.

[b]Segundo tiro[/b]

Lo hemos dicho y lo tenemos que repetir: el suministro de información es la mejor arma para combatir las expectativas negativas. Una de esas informaciones (ya mencionada en esta columna) es el grado de cumplimiento a marzo de las metas y topes del acuerdo con el FMI. Fueron las agencias internacionales las que informaron la aprobación de la posposición de pagos de la deuda externa a los acreedores del Club de París. Tampoco se han informado los arreglos para cumplir con un requisito vinculado a este asunto: Según lo estipulado en el acuerdo con el FMI, la cantidad de pesos equivalente a la posposición de pagos por US$ 193 millones deberá ser depositada por el Gobierno en el Banco Central. Al tipo de cambio actual, esa operación representaría una desmonetización de alrededor de RD$ 8,685 millones, equivalente a alrededor de un 13% del monto de la emisión monetaria actual.

[b]Tercer tiro[/b]

La Secretaría de Finanzas está suministrando información muy actualizada sobre los ingresos fiscales. El Banco Central lo está haciendo hace ya mucho tiempo con los principales indicadores monetarios y financieros. La gran preocupación está por el lado del gasto, pues las ejecuciones presupuestarias cubren periodos mensuales, y más grave aun, son publicadas hasta con un mes de retraso. Ni el Banco Central ni tampoco las autoridades fiscales han suministrado información sobre los recursos que se supone ya han sido aportados por el Gobierno para ser depositados en la institución monetaria. Estamos en el tramo final de un proceso electoral, y la insuficiencia de información es combustible sobre la llama de la incertidumbre y las expectativas negativas.

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