En la Diana

En la Diana

Primer Tiro
Los riesgos macro-económicos lucen bien balanceados y estabilizados. Los agregados monetarios están en el nivel que demanda la economía. La diferencia entre la tasa pasiva promedio y la que paga el Banco Central por los depósitos de corto plazo que hacen las instituciones financieras está en su nivel mínimo, y mientras más bajo es este valor, mejores son las condiciones monetarias de la economía. El riesgo de presiones inflacionarias excesivas ha sido muy reducido, pues el estímulo monetario no ha expandido el gasto más allá de la capacidad de producción de la economía. Por razones similares, la misma calificación de riesgo se podría otorgar a la situación cambiaria: la demanda interna no es factor determinante de déficits externos no sostenible, y tampoco los precios domésticos han crecido más de lo requerido para mantener la competitividad. Si se toma en cuenta que FMI y otros organismos internacionales consideran que es muy reducido el riesgo del sistema financiero, entonces se podría concluir que el balance de todos  riesgos de la economía se mantendrá estable por mucho tiempo.

Segundo Tiro

Que el tipo de cambio nominal actual sea equivalente al tipo de cambio real de equilibrio, y que también refleje la situación de los fundamentos reales de la economía, son dos factores adicionales que afianzan la idea y el planteamiento de que los riesgos macro-económicos están equilibrados, compensados y bien distribuidos. Los movimientos del tipo de cambio han reflejado la situación interna y externa de la economía, y lo que es más importante, el acuerdo con el FMI contiene un compromiso con la flexibilidad del tipo de cambio y el mantenimiento del régimen de flotación administrada. Esa flexibilidad debería ser simétrica, lo que significa que si los fundamentos y el mercado determinan que la tasa de cambio debe bajar, en vez de subir, la política de intervención debería permitirlo. Los que producen los dólares quisieran que el mismo estuviera más caro, pero quienes los demandan quisieran que estuviera más  barato. La simetría cambiaria debe ser alcanzable, pues la flexibilidad se aplica en ambas direcciones.

Tercer Tiro

El riesgo crediticio es ahora más reducido, tal y como lo sugiere la reducción de la diferencia entre la tasa de interés activa y a la que los bancos se prestan entre sí. Tampoco el fuerte estímulo fiscal a iniciarse y la consiguiente  expansión  de la demanda agregada produciría presiones inflacionarias adicionales, pues hay que esperar que el aumento de la demanda interna sea compensado con un aumento de la oferta de los sectores productivos, los cuales se podrían estar preparando para responder a un aumento en las ventas. Por las mismas razones, también se puede esperar que las tasas de interés tampoco aumenten de manera significativa. Pocas posibilidades de inestabilidad financiera, tasas de interés y precios cercanos a su nivel natural, y tipo de cambio cerca del nivel paridad de equilibrio de largo plazo, son parte de la esencia de una situación de riesgos macro-económicos bien equilibrados y compensados. Como en el principio de equivalencia, las fuerzas que se compensan entre sí son las que producen el equilibrio.

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