En la Diana

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Primer Tiro
El obrero es digno de su salario, y para que su vida también sea digna, el poder de compra de dicho salario debe estar por encima del umbral de pobreza. Pero ese poder de compra depende de dos factores: lo que paga el patrón o salario nominal, y el nivel de la inflación o costo de los bienes y servicios que compra. A corto plazo y de manera directa la política macro-económica tiene influencia en el segundo factor, e indirectamente y a largo plazo puede relacionarse con el primero a través del crecimiento, el nivel de empleo y la productividad del trabajo. El poder adquisitivo del salario aumenta cuando la inflación es menor que el aumento del salario nominal, representando la diferencia un incremento en el bienestar del trabajador. Según el último Informe Mundial sobre Salarios de la OIT, en el 2009 el salario global promedio real mensual en la economía dominicana aumentó un 2.2%, mientras el salario mínimo promedio, medido también en términos reales, creció en un 13.3%.

Segundo Tiro

Según la Encuesta de Fuerza de Trabajo del Banco Central, a abril del 2010 el ingreso salarial promedio por hora trabajada por todos los ocupados  había crecido en términos nominales un 6.1%, cifra que puede ser consistente con la del 2.2% de la OIT para el caso del salario real mensual durante todo el 2009. En cualquier caso, las cifras demuestran de manera contundente que el salario real ha aumentado. Pero parece que ha sido un grave error cometido por algunos periodistas y analistas al comparar las tasas de crecimiento de los salarios de un país con las de los demás países. Para que esa comparación sea válida, el cálculo tiene que hacerse en términos de Paridad de Poder Adquisitivo, PPA. Para su cálculo del salario mínimo promedio PPA de 221 dólares, la OIT utilizó un salario promedio nominal de RD$ 4,420.00. Pero si el cálculo se hace con el promedio nacional que en el 2009 utilizó el Consejo de la Seguridad Social, el resultado es 324 dólares, quedando el país en el noveno lugar entre los 24 incluidos de la región.

Tercer Tiro

La estabilidad es la piedra angular sobre la que descansa el poder adquisitivo del salario de los trabajadores y de los demás ingresos de los hogares. Pero todavía hay una parte de la población activa buscando empleo. Por eso la política macro-económica también debe promover el crecimiento generador de más empleos y más ingresos. Hasta ahora se ha demostrado que los objetivos de crecimiento y control de la inflación no son excluyentes. El crecimiento debería ser de tal magnitud que alcance el PIB potencial y el pleno empleo. Pero lo que algunos dirigentes empresariales y economistas deberían tener en cuenta es que para alcanzar tales niveles de producción y empleo se necesita del financiamiento del extranjero, pues en base al insuficiente ahorro interno se tendría un exiguo crecimiento. Una condición necesaria del alto crecimiento es que una parte del gasto público que mantiene el nivel requerido de demanda interna sea financiado externamente, pues sin equilibrio externo no se puede asegurar el empleo, y menos la estabilidad del poder adquisitivo del salario digno.

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