En la Diana
Las volatilidades cambiarias no responden a fundamentos reales

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Primer Tiro
Las evidencias empíricas disponibles muestran que cuando los fundamentos macro-económicos son robustos, la tendencia de largo plazo del tipo de cambio nominal lleva la misma trayectoria que la del tipo de cambio real. Cualquier desviación debe considerarse como coyuntural y siempre será debida a razones extraeconómicas. Solo un desequilibrio permanente puede producir desviaciones permanentes. Pero el balance entre los riesgos macro-económicos luce equilibrado y estable. Aunque el crecimiento se está acelerando, el riesgo de un sobrecalentamiento inflacionario es todavía bajo: todavía no se ha llegado a la tasa de crecimiento potencial o total utilización de la capacidad instalada, y la presión de demanda de una gran cantidad de bienes puede ser atenuada a través de las importaciones. En la medida en que la recuperación mundial produzca un aumento en las exportaciones, el crecimiento no produciría una situación de déficit corriente con el exterior más allá de lo requerido por la sostenibilidad de las cuentas externas.

Segundo Tiro

La colocación de los bonos soberanos y los desembolsos de recursos de los organismos multilaterales producirán un importante superávit en la cuenta de capital que muy probablemente será superior al déficit en la cuenta corriente con el exterior. Se espera que este resultado sea totalmente consistente con el aumento esperado en el déficit del sector público no financiero de un 2.6% del PIB. Las reservas internacionales son suficientes y mantienen la holgura necesaria para resistir cualquier presión cambiaria en lo que resta del primer semestre. En consonancia con el acuerdo con el FMI, en el segundo semestre se producirá una importante reducción del gasto público, lo que unido a los desembolsos previstos de recursos externos, aumentaría considerablemente la oferta de divisas y la liquidez en moneda extranjera. Un déficit del sector público que no deteriora la sostenibilidad fiscal y financiado con recursos externos no debe producir presiones cambiarias importantes.

Tercer Tiro

No hay una restricción de oferta de divisas. En el primer cuatrimestre la oferta superó a la del mismo periodo del año pasado en más de un 20%, siendo este uno de los mejores indicios de la solidez de los fundamentos reales de la economía. Por el lado de la demanda, una dolarización de los ahorros financieros no puede ser un factor que cause un desplazamiento hacia arriba y permanente en el tipo de cambio: aunque se ha reducido la diferencia, la tasa de los depósitos y de otros instrumentos de inversión en moneda nacional es mayor que la tasa pagada por los depósitos en dólares. Dependiendo del plazo, en el mercado hay instrumentos de renta fija que pagan desde un 8% hasta un 15%. Asumiendo un plazo promedio de tres años y una tasa de un 12% en pesos, y de 2.5% en dólares, vender dólares e invertir en pesos sería un buen negocio, pues es muy poco probable que el tipo de cambio suba a un nivel equivalente al diferencial de tasa de interés. Las decisiones de inversión es asunto subjetivo de cada quien, pero la única evidencia objetiva disponible es la de que las volatilidades cambiarias de los últimos días no responden a los fundamentos reales.

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