ROLANDO REYES
La acumulación de tres años de estabilidad y crecimiento de la economía tienen que haber determinado alguna mejoría en los ingresos de las personas y en la reducción de la pobreza. Y aunque las encuestas pueden reflejar una diferencia entre la evaluación del sujeto y la realidad del objeto, los resultados de la realizada por la firma Gallup son consistentes con las estadísticas divulgadas por el Banco Central sobre el impacto de las políticas económicas. Hay coherencia entre los datos publicados sobre el crecimiento del PIB y el empleo, y los resultados de la evaluación que hacen los encuestados de su situación personal y la situación económica en su conjunto. Entre noviembre del 2005 y agosto del 2007 el porcentaje de la población que calificaba su situación económica personal como regular, buena y/o muy buena aumentó en unos siete puntos porcentuales, mientras que el porcentaje que calificaba de igual manera las condiciones actuales de la economía aumentó en más de tres puntos porcentuales.

SEGUNDO TIRO

Un 50.7% de la población opina que la situación económica está mejor o igual que al inicio del Gobierno, lo que significa que los que perciben que la situación ha mejorado (34.6%) y los que ven que no ha empeorado (16.1%), son más que lo que dicen que sí se ha deteriorado (47.3%). Pero tome usted tres reformas tributarias consecutivas y fundamentadas en aumento de las tasas de los impuestos al consumo y a los ingresos, agréguele altos precios de los combustibles resultados de los altos precios del petróleo, y súmele el carácter estructural y secular de la muy desigual distribución del ingreso, y el resultado será una negación a percibir y reconocer los signos del bienestar. Las estadísticas del mercado de trabajo y los estudios del Banco Mundial sobre pobreza muestran que los que han conseguido empleo son más que los que lo han perdido, y que los ingresos de muchos de ellos superan el nivel de pobreza, y los hallazgos de la encuesta Gallup son consistentes con estos resultados.

TERCER TIRO

Los economistas que son militantes de partidos políticos hacen otra lectura de la encuesta Gallup. Pero las encuestas son un reporte de la forma en que los individuos perciben que evoluciona la situación económica y social. Y aunque la marcha es hacia el equilibrio general y el pleno empleo, las fluctuaciones de corto plazo determinarán que algunos pierdan (como en el caso de las zonas francas), aunque siempre serán más los que ganan (como en el caso de los sectores en crecimiento). Resulta penoso que los grupos empresariales de zonas francas no lo entiendan así, y lo que es más, resulta incompresible que estos empresarios pretendan atribuir a la política económica el poder de mantener el volumen de empleo en las empresas de ese sector, cuando todos sabemos que los factores que afectan a esos negocios están completamente fuera del control de las autoridades. Pero no debemos sorprendernos, pues de prestidigitadores de encuestas y de empresarios ilusionistas está lleno el teatro local.