En la Diana
Un nivel mínimo de crecimiento requiere nivel mínimo de inversión

<STRONG>En la Diana<BR></STRONG>Un nivel mínimo de crecimiento requiere nivel mínimo de inversión

Primer Tiro
No hay dudas de que el principal desafío que la situación actual impone a la política macro-económica es lograr el balance entre los riesgos de una caída en la producción y los de una situación difícilmente financiable del resultado de las cuentas corrientes con el exterior. Es la versión de la dualidad imposible, o del reconocimiento de que no hay almuerzo gratis: un nivel mínimo de crecimiento que mantenga el volumen de empleo tiene un costo en términos de déficit externo corriente. Los riesgos de una reducción de la actividad económica están siendo combatidos de manera adelantada con la flexibilización de la política monetaria: las reducciones de las tasas de interés deben producir un relanzamiento del consumo y la inversión a través de la decisión de los intermediarios financieros de ejecutar planes de expansión de sus financiamientos a los consumidores y a los pequeños negocios. Sus altos niveles de liquidez y sus excedentes actuales de solvencia y de provisiones por activos riesgosos se los permiten. 

Segundo Tiro

Un nivel mínimo de crecimiento, que mantenga el actual nivel de empleo y que sea compatible con un déficit externo financiable, requiere también un nivel mínimo de inversión pública y privada, y que una parte importante de las mismas sean financiadas con recursos externos. El financiamiento de las empresas privadas que producen bienes exportables y que compiten con las importaciones puede ser asegurado con el financiamiento de emergencia del BID. El Banco Central ya ha hecho todos los arreglos necesarios para asegurar este financiamiento. Pero mantener el nivel de empleo y recuperar los perdidos por las condiciones adversas de las zonas francas requiere mayores niveles de inversión. Programas de financiamiento de las pequeñas empresas rurales y urbanas, capitalizando al PROMIPYME y al Banco Agrícola con recursos externos, podría ser el primer objetivo de las gestiones de financiamiento internacional. De forma complementaria, quizás también sea necesario analizar la posibilidad de algún mecanismo de incentivo fiscal temporal a las inversiones privadas.

Tercer Tiro

Dada la necesidad de reducir el déficit del Gobierno y pagar los intereses de la capitalización del Banco Central, un incentivo fiscal temporal a las inversiones privadas requeriría el otorgamiento de créditos fiscales con cargo a los resultados del próximo año. Pero el financiamiento externo a la ejecución de programas de inversión publica de preservación y creación de empleos, y de fortalecimiento de las expectativas que aumenten las inversiones locales y las  extranjeras más allá de las contempladas en la proyección de la balanza de pagos, requeriría la decisión política de transformar el acuerdo de monitoreo con el FMI en un programa Stand By con dicha institución. Adicional a lo anterior, un acuerdo Stand By con el FMI permitiría la obtención de financiamiento internacional de dicha institución para apoyo de la balanza de pagos. Una banca dispuesta a prestar más, empresas privadas dispuestas a mantener sus niveles de inversión, y un sector público dispuesto a tomar las decisiones y a hacer los ajustes y sacrificios requeridos, pueden ser condiciones suficientes para enfrentar adecuadamente la crisis y mantener y recuperar los empleos perdidos.

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