En la Galería District & Co. ¡Iris Perez: El viaje cotidiano hacia la luz!

En la Galería District & Co. ¡Iris Perez: El viaje cotidiano hacia la luz!

Iris Pérez Romero (1967), materializa un conmovedor universo visual que prueba su potencial de legitimidad y trascendencia como uno de los aportes más significativos a la visibilidad de las mujeres artistas en el Santo Domingo de las últimas dos décadas. En este trayecto, ella arrecia un viaje introspectivo que marca profundamente su personalidad artística al mismo tiempo que inunda sus ojos, su alma y todo su ser sensible en el patético y abrasador estallido de la cotidianidad, logrando definir una propuesta cuya capacidad especular se dispara a partir de su energética efectividad expresiva, la integridad propositiva y la misma terquedad de sus convicciones estéticas y existenciales.
Entre los ejes temáticos de sus series de dibujos, pinturas y cerámicas recientes, así como en su producción escultórica, instalativa y performativa, destacan algunas problemáticas sociales y culturales complejas y perniciosas que adquieren una rabiosa actualidad, tales como el ecocidio; el tráfico de personas y órganos humanos: el abuso sexual y la explotación infantil; la violencia intrafamiliar; la discriminación racial; el acoso escolar; el terrorismo machista y otros “espacios tóxicos” de la condición posmoderna.
Asimismo, en sus series “Energía humana”; “Naturaleza Viva”; “Isla del Sol”; “energía vital”; “Ser o no ser” y “Los caminos del Ser”, desarrolladas entre 2013 y 2016, Iris Pérez reflexiona sobre la invisible incidencia de la energía cósmica en el proceso de desarrollo integral de los seres humanos; sobre las huellas materiales y espirituales que dejan en los individuos y las colectividades el hábitat, las formas de interrelación, el contexto social y los rituales culturales del caos cotidiano.
Estas series traslucen de manera esplendida ese proceso en que Iris Pérez entrega una producción polivalente a través de un abordaje estético incisivo, efusivo y abiertamente critico de estas desafiantes problemáticas humanas. Los personajes, objetos y signos que vitalizan sus espacios, resultan especialmente sugestivos. Y si es cierto que en esta acometida estética especializada de Iris Pérez hay imaginación y creatividad desbordante, también es verdad que en su caso particular confrontamos una militancia reflexiva que jamás arremete contra nadie, pero que resulta elocuente desde su vital testimonio artístico y su eticidad profesional.
Esto ha quedado evidenciado nuevamente en su reciente muestra individual titulada “Los Caminos del Ser”, compuesta por más de veinte obras realizadas sobre tela, papel y formica, incluyendo algunas piezas en cerámica, la cual ha sido presentada en el marco del “Circuito de Galerías 2016” por la galería de arte contemporáneo District & Co., en su nueva sede del edificio District Tower de la calle José Brea Peña # 14 del sector Evaristo Morales.
En estos trabajos, apreciamos de inmediato el grado extraordinario de libertad formal que logra Iris Pérez en su formidable síntesis expresiva, así como en la efectividad dialógica y comunicativa que caracteriza su producción reciente aun cuando sus temas y preocupaciones se enfocan en situaciones sociales sombrías y trastornadoras. Sin embargo, ante la intensidad de su mirada, queda bien claro que ella no está interesada para nada en la “decoracion de interiores”. Su enfoque se dirige más bien hacia al proceso de descifrar y provocar respuestas directas, sensibles y comprometidas. Es más, los mismos efectos de sus provocaciones nos demuestran que el arte y la calidad jamás riñen con el compromiso autentico, aunque hoy las modas y la crisis de honestidad sigan apuntando hacia otras bagatelas y desilusiones estéticas.
Iris Pérez, procede con seguridad y concentración, combinando su instinto imaginativo con los tensos resortes ideológicos de su personalidad. Su compromiso, implica igualmente su rechazo de la anécdota como arte y la consecuente negación de la banalidad en el arte. En una parte considerable de su producción, también predominan las presencias y atmósferas intensas, cargadas de energías y remisiones metafísicas.
Entonces, más que la belleza idealizada, en la práctica simbólica de Iris Pérez la representación es el propósito esencial. La belleza es sólo un elemento en una obra que resiste y adquiere sentido precisamente porque representa conceptos, ideas, percepciones, sensaciones y pensamientos propios. Se trata de una obra que habla de nuestro tiempo y su triunfo se confirma en su inagotable capacidad de provocar miradas y respuestas intelectivas.
Tanto en un nivel de sutileza como en un nivel extremo, la capacidad de respuesta de los espectadores se torna crucial a la hora de la resistencia crítica. Su operatividad significativa se relaciona intrínsecamente con la pasión y el entusiasmo con que Iris Pérez asume cada día su doble condición de mujer y creadora. Sus fructíferos arrebatos creativos, nos remiten a aquellos tiempos en que un destello de ilusión y alegría impregnaba todas las manifestaciones del arte.

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