Domingo Contreras anda de aquí para allá y de allá para acá con un montón de planes y proyectos bajo el brazo mostrándoselos a todo el que quiera verlos, pues dice estar convencido de que desde el ayuntamiento del Distrito Nacional puede hacer muchas cosas en beneficio de la Ciudad de Santo Domingo, Primada de América, y sus munícipes. Contreras, quien fue secretario general del ayuntamiento y actualmente se desempeña como enlace entre el Poder Ejecutivo y los cabildos, ha seguido promoviendo su precandidatura a despecho del polémico pacto entre el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández que “reservó” las candidaturas municipales, lo que evidencia su empeño y determinación para alcanzar sus objetivos pero también su pobre olfato político. Porque la reserva de candidaturas, que ciertamente ha generado un profundo malestar en el peledeísmo que, de manera legítima, aspira a una posición electiva en los ayuntamientos o en el Congreso Nacional, no es el verdadero obstáculo que se interpone en su empinado camino hacia la alcaldía del Distrito Nacional sino la enorme popularidad que todavía conserva su incumbente Roberto Salcedo. Y eso debería saberlo Contreras, miembro del Comité Central, pues en la lógica peledeísta, que no es otra que la de mantenerse en el poder, un candidato con ese nivel de aceptación no se gobierna, y así se lo comunicaron las “altas instancias” (encuestas en mano) a Salcedo, quien aceptó “pero solo por otro periodo más”. Así que anote ahí la “primicia”: Roberto Salcedo será, otra vez, candidato a la alcaldía del Distrito Nacional en el 2016. La de Domingo Contreras es, lamentablemente, una candidatura que se quedará en la gatera, a pesar de que merece la oportunidad de demostrar que a los capitaleños les conviene un cambio de alcalde.